Nadie sabe cuándo se instaló ahí, ni quién fue el responsable. La investigación ha permitido dar con un cañón semienterrado a las puertas de una centenaria vivienda de Andés, en el concejo de Navia. Lo que ahora se usa como tiesto fue, hace varios siglos, un arma mortífera. "Lleva ahí desde hace más de cien años", explica José Ángel Murias, cuya familia alquila la casa desde hace más de un siglo. "Ya quisieron desenterrarlo, pero los propietarios, que están en Puerto Rico, no dieron su aprobación", dice. Por el momento, luce un puñado de flores a la entrada del edificio.