El esbardu hallado muerto el pasado sábado por unos montañeros en la repisa de una ladera entre Campos de Gobia, La Llamera y Veigas (Somiedo) se encuentra en las dependencias de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos a la espera de practicarle la necropsia para determinar las causas de la muerte, si bien, de momento, no hay fecha ni se sabe quién realizará las pruebas, según informa el Principado.

Por su parte, la Coordinadora Ecologista de Asturias lamenta la pérdida del osezno macho de alrededor de cuatro meses de edad. "Parece una muerte natural o, al menos en el medio natural; sería muy triste descubrir que detrás está la intervención del hombre", apunta Fructuoso Pontigo, presidente del colectivo. En su opinión, la especie necesita una regularización en Asturias porque, a pesar de que aún se encuentra en peligro, cada vez hay más osos en la región. "Eso podría dar lugar a un conflicto entre la fauna salvaje y los humanos si la población sigue creciendo; aunque va a ser difícil, es necesario establecer un protocolo para estar preparados para esas situaciones", estima.

Un protocolo que, para los ecologistas, pasa por regular los usos de los terrenos que, por ejemplo en el Parque Natural de Somiedo, podrían suponer un aumento del espacio de uso especial restringido. "De momento no hay un aumento significativo de población, pero es necesario establecer unos protocolos", puntualiza Pontigo.

El esbardu no presentaba lesiones aparentes en el primer examen que se realizó. Entre las posibles causas de la muerte se barajan una enfermedad, una caída, un enfrentamiento con otro animal o el ataque de un oso macho adulto para provocar el celo de la madre.