Lo que se aprende para la Feria de las Ciencias nunca se olvida. Lo que se trabaja con ilusión, con entusiasmo e implicación se disfruta y se recuerda para siempre. Así lo creen Roberto Manín y Rafael García-Bustelo, profesores en el instituto naviego que hace dos años, con la colaboración de una veintena de compañeros, celebraron la primera feria en el centro, con un éxito tal que ahora la iniciativa ha sido premiada a nivel nacional.
El centro recibirá por este trabajo el primer premio de la asociación "Mejora tu escuela pública" de buenas prácticas educativas. Al certamen se presentaron 260 proyectos de toda España, y el de los naviegos fue el mejor en la categoría de Secundaria. "Llevar la teoría a la práctica motiva a los alumnos e implica a toda la comunidad educativa", destacan los profesores.
La Feria de las Ciencias es un evento multidisciplinar que el Galileo Galilei lleva celebrando dos años. En él, decenas de alumnos de diferentes centros, materias y edades exponen a los visitantes proyectos en los que trabajan de forma práctica conocimientos que han aprendido en clase. El requisito para que un experimento se llegue a exponer al público es simple: "Tiene que ser algo chocante, que sorprenda y se juegue con él, pero también con cierta materia que se da en el aula", explica García-Bustelo, docente de Tecnología.
El evento, que suele celebrarse en mayo, tiene un factor aglutinador. Participan los departamentos de Biología, Tecnología, Matemáticas, Mantenimiento y Servicios a la producción, Orientación y Lengua Extranjera. Otros están pensando incorporarse al proyecto para la edición de este año. Además, participan las familias, que ayudan a los alumnos y visitan la feria, y otros centros de la comarca, como colegios de Primaria.
"El proyecto implica el trabajo en común de varios departamentos, motiva a los alumnos e implica a las familias. Acaba siendo una fiesta de la ciencia", cree García-Bustelo. Roberto Manín, que imparte Matemáticas, añade que los beneficios se ven a largo plazo: "Los chicos cogen referencias. Después les explicas algo y recuerdan que lo vieron en la feria. Se les queda el tema, y lo toman de otra forma".
Los proyectos son tan variopintos como la imaginación alcance. Algunos son más costosos, como un motor de biodiésel presentado el pasado año, y otros requieren más ingenio, pero todos sirven como complemento al trabajo del aula. Muchos de ellos, incluso, son "reciclados" para cursos posteriores, ya que ayudan al profesor a dar las explicaciones. "Es una forma de enseñarles a los alumnos a reutilizar los materiales", cree Manín.
Los profesores fueron los primeros sorprendidos al verse vencedores del concurso, puesto que su participación fue casi por casualidad. Sin embargo, se muestran satisfechos por el "reconocimiento que da que una entidad nacional valore el trabajo de todos". El día 5 de febrero recogerán en Madrid el cheque de dos mil euros que acompaña al premio, un dinero que se reinvertirá íntegramente en la feria. "Andamos siempre escasos de recursos. Nos permitirá para incrementar el presupuesto del evento", señala Rafael García-Bustelo. Los docentes ven en el premio una "plataforma" para dar a conocer la iniciativa, y que otros centros se animen a seguir el ejemplo. Al menos, en Navia, la Feria de las Ciencias tiene futuro.