Los vecinos de Figueras están hartos de los coches o, más bien, de que se permita el aparcamiento en casi cualquier esquina del pueblo. Llevan años reclamando una reordenación viaria para la villa, un reto que ahora ha tomado por principal objetivo la asociación de vecinos "As Figueiras". Ha hecho público su malestar por la situación tras dos reuniones infructuosas con el alcalde de Castropol, José Ángel Pérez. "Tenemos un problema muy grave con la ordenación del tráfico pero el equipo de gobierno no tiene voluntad de resolverlo. No se hace cumplir la ley, salvo cuando interesa, y todo vale para aparcar", denuncia el portavoz del colectivo, Valentín López.
La asociación vecinal considera que el gobierno local debe de ponerse manos a la obra cuanto antes porque la situación "se les está yendo de las manos". El colectivo, creado a finales del año pasado, se reunió en dos ocasiones con el regidor. La primera el 20 de febrero, cuando le plantearon la situación y se comprometió a dar una solución en dos meses. Sin embargo, en la segunda reunión, el 27 de mayo, no "se nos dio solución de ningún tipo".
Por su parte, el alcalde de Castropol, José Ángel Pérez, explicó ayer que ya tiene listo un plan para dar una solución definitiva al pueblo de Figueras este mismo verano. En primer lugar, está negociando con Puertos la reserva de varias plazas de aparcamiento de la dársena portuaria para los figueirenses. De manera paralela, el regidor mantendrá una reunión con Gondán para que colabore en dar solución al caos del tráfico; no en vano, buena parte de los vehículos estacionados durante el día son de trabajadores del astillero: "Queremos coordinar con ellos los aparcamientos y las formas de entrada al astillero para procurar el mínimo desplazamiento para los trabajadores. Todo el mundo debe de colaborar".
Además de los aparcamientos ya existentes, el gobierno de Pérez habilitará dos nuevas áreas en la zona de La Atalaya y otro en la calle Campomanes. Todos se señalizarán bien para favorecer su uso y, a partir de aquí, "no se van a consentir coches en cualquier sitio". Dice Pérez que, tras un periodo de aviso, se comenzará a multar por mal aparcamiento.
Precisamente, una de las quejas de la asociación vecinal se refiere a la falta de control del mal aparcamiento: "No se hace cumplir la ley y los coches aparcan en línea amarilla, encima de las aceras... El pueblo parece un desguace porque allí donde hay un agujero se mete un coche", añade el portavoz del colectivo vecinal. También consideran que es necesario señalizar mejor el aparcamiento de As Lagúas, que tiene capacidad para unos 200 coches y se pasa los días casi vacío.
La asociación "As Figueiras" señala varios puntos negros en la localidad. El principal problema está en el muelle. Los coches campan a sus anchas y hasta los marineros se ven obligados a dejar un carro delante de la rula para evitar que les tapen la puerta de acceso, dicen los vecinos, que también piden ampliar la zona de carga y descarga. En la salida del muelle por la Avenida Trenor el panorama no es mejor, pues los coches buscan sitio en las aceras y llegaron incluso a invadir el parque del Pelamio, lo que se corrigió con una cinta de peligro que avergüenza a los vecinos.
Los problemas se extienden a la calle del Cotarelo, hasta La Atalaya, trayecto invadido de coches, lo que dificulta la circulación y el tránsito de peatones. Los vecinos también señalan el mirador de A Casilla, muy deteriorado, que se usa como aparcamiento. Además, piden una reserva de plaza para personas con movilidad reducida frente al consistorio.