Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

René Menéndez y Benigno Acero, en enero, al lado de la escombrera, muestran restos de lápidas y huesos.D. ÁLVAREZ

"El cura debería irse para que nos pongan otro", dicen en Carballo

Los vecinos demandan que se devuelva el cementerio a su anterior estado y que se recojan los restos óseos de la escombrera

La única solución que ven los vecinos de la parroquia de Carballo para que la normalidad regrese a sus relaciones con la Iglesia es que se sustituya al sacerdote titular de la zona. Los vecinos confiesan sentirse indignados con la actuación de su actual párroco, Francisco Javier García, más conocido como Pachi, y recuerdan que lo único que están pidiendo es que "los restos de nuestros antepasados vuelvan a enterrarse donde estaban, se recojan los de la escombrera y el cementerio vuelva a estar como antes sin la plancha de hormigón".

Los vecinos contrarios a la construcción de nichos dentro del cementerio, en una zona dedicada a osario, fosa común y con algunos enterramientos, insisten en que no tuvieron constancia de la obra que se iba a realizar en el cementerio hasta el mismo inicio de los trabajos y aseguran que fue la propia Guardia Civil la que denunció "que se estaban tirando restos óseos a una escombrera, denuncia que al final se archivó", explica Benigno Acero.

En ese momento, comenzó la disputa. Los lugareños aseveran que nunca se le prohibió subir a dar misa, "fue él mismo el que decidió no personarse desde enero a cumplir con los oficios y en mayo fue cuando pedimos el cambio de cura ante el Arzobispado y decidimos que entonces éramos nosotros los que no queríamos que volviese a la parroquia", puntualizan los vecinos que acusan al sacerdote de "estar creando un conflicto vecinal que aviva insultando y provocando a los que no estamos de acuerdo con él".

En los cuatro pueblos que componen la parroquia también hay vecinos que apoyan al sacerdote y que quieren que se realice la ampliación y que se reanuden las misas, además, de corroborar la versión del párroco: "A raíz del inicio de la obra de ampliación intentan echar al cura de la parroquia y en febrero, cuando llegó el permiso para realizar la actuación, fue cuando comenzaron a presionar con los piquetes a la puerta de la iglesia para impedir que el cura volviera a dar misa", explica un vecino que prefiere mantener el anonimato.

La mayoría cree que la solución está en manos del párroco. Consideran que "debería dejar la parroquia, para que nos pusieran otro cura". En lugar de eso, "lo que hace es buscar confrontaciones denunciando a los vecinos por impedir celebrar la misa cuando ni siquiera se acercó a la gente que estaba en el camino", subraya Acero, en referencia al pasado 9 de septiembre, cuando el cura anunció una misa y la Guardia Civil se personó en el pueblo para tomar nota de las personas que estaban dispuestas a impedirla, lo que ha derivado en una denuncia que está en el Juzgado de Cangas del Narcea.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.