En Grandas de Salime los padres y madres también van a clase. El centro escolar El Salvador ha puesto en marcha una escuela para familias, en la que se ofrecen nociones sobre la crianza y educación de los hijos. La iniciativa busca compartir las dudas y dar herramientas para resolver conflictos y mejorar aspectos como la educación emocional, las habilidades sociales o el uso de las nuevas tecnologías.

María Villalba y Raquel García, psicólogas, guían estas sesiones, en las que participan ocho familias, de la treintena que forman la comunidad educativa grandalesa. "Queremos que los padres y madres tomen conciencia de cómo educamos a nuestros hijos, de dónde viene esa forma de actuar, y que se planteen cambios a mejor, tanto por parte de los progenitores como de los pequeños", dice Villalba.

Según la opinión de esta psicóloga, el principal déficit está en la parte emocional, que es "en aquella en la que realmente se basa el éxito de la persona y su felicidad". Asegura que es la gran olvidada. "Si educamos solamente para que el niño esté sentado y callado en la silla, y dé las gracias, no es una educación completa; se deben inculcar valores, pero también este otro aspecto", apunta Villalba, que recomienda "analizar al niño y ver lo que necesita en cada momento".

Su experiencia en el trato con familias de las ciudades y del medio rural hace que esta profesional subraye las buenas condiciones que existen en el campo para ofrecer una educación de calidad: "En los pueblos hay una manera de educar fantástica. Creo que en las ciudades se lee demasiado, y no se guían realmente por el instinto. En la zona rural son mucho más independientes", resalta la especialista.

Grandas de Salime busca, junto con el resto de concejos del Alto Navia, el sello de parentalidad positiva, y talleres como éste ayudan en esta labor. "Son muy útiles", destaca Olga Fernández, educadora social de esta zona.