Tapia de Casariego vivió ayer uno de los días más especiales del año. Pasadas las once de las mañana, las gaitas empezaban a sonar en la capital del concejo. Lo hacían en el puerto, de donde parte la llamada "Alborada de mar", el exitoso desfile del Festival Intercéltico d'Occidente (Fido) que reúne a la mayor parte de las agrupaciones celtas, este año, cuatro.

El gaitero José Arias forma parte de la banda de gaitas municipal tapiega y no falta a esta cita desde hace 28 años. Tiene muchos recuerdos de este momento "especial" para los "celtas" locales. "El recibimiento de la gente es muy cálido", destacó ayer.

Este año se cambió el recorrido. El desfile pasó por la calle Santa Rosa para llegar al barrio de San Blas y, desde aquí, dirigirse a la iglesia.

En el exterior del templo, los músicos fueron recibidos con aplausos y muchos móviles: todos querían inmortalizar un momento "muy emotivo" que no suele dejar indiferente a la persona que lo presencia.

La Banda de Gaitas de Lalín participó en el desfile con su espectáculo. De la veintena de personas que acudieron al festival bajo el estandarte de esta agrupación gallega, una tenía una historia especial que contar. Alba Fernández, de 14 años, debutó como panderetera. Hace tan solo dos meses que forma parte de esta familia celta. "Me animaron y empecé: ahora canto, bailo y toco la pandereta", explicó. Cerca, el director de la banda, Adrián Rodríguez, destacó el "buen ambiente" del Fido: "No es la primera vez que venimos, y nos gustan el pueblo y la gente".

Vicente Jiménez, de Burdeos y uno de los componentes de la bagad "Ker Vourdel" y "Aquitaine Highlanders Pipe Band", no dudó en dar la enhorabuena a la organización. "Nos gustó la acogida, el amabilidad de la gente y la organización, que es espectacular", señaló. Además, invitó a todos los grupos a mantener "viva la llama" de la cultura celta y apostar por este tipo de encuentros. "Es necesario tener lazos en el Arco Atlántico y hacer este tipo de festivales", opinó.

El grupo de la escuela de danza irlandesa Dominic Graham fue el encargado de poner fin a las actuaciones de la mañana. Numeroso público se agolpó en la plaza de la iglesia cuando las bailarinas, que ya visitaron Tapia en más ocasiones, empezaron su espectáculo. Antes, se celebró una misa folclórica donde también se pudieron escuchar las gaitas.

La clausura de la vigésimo segunda edición del Festival Intercéltico llega hoy con la arriada de la bandera celta. "El año que viene más", dice la organización.