De los cuarenta y ocho presidentes que, a lo largo de toda su historia ha tenido el Tribunal Supremo, tres eran asturianos. "De hecho el primer presidente de este tribunal fue un asturiano, don Ramón de Posada y Soto, natural de la pequeña aldea de Onao, en Cangas de Onís". Con este apunte histórico comenzó ayer el jurista y escritor Javier Junceda la exposición de su estudio sobre los asturianos que han desempeñado su labor en este órgano judicial. Un trabajo inédito: nadie se había acercado hasta ahora a este tema de forma monográfica.

Los otros dos presidentes del Supremo de origen asturiano fueron los ovetenses José Hevia y Noriega, y más recientemente, desde 1973 a 1977, Valentín Silva Melero.

Entre los magistrados nacidos en el Occidente, Junceda destacó al allandés Celestino Valledor, al cangués Adolfo García, Rufino Avello y Avello, natural de Valdés, y a Eugenio Manuel Cuervo Castrillón, de San Pol (Boal).

"Muchos compaginaron las labores propiamente judiciales con las doctrinales, e incluso con las letras no jurídicas. No pocos de los magistrados y fiscales de los que se ha dado cuenta han frecuentado los periódicos asturianos y españoles con sus reflexiones sobre cuestiones políticas y sociales", apuntó el autor.

En la tarde de ayer también intervinieron en las jornadas el historiador José Manuel Prieto Fernández del Viso, que realizó una semblanza del empresario, político y filántropo Leopoldo González-Carvajal y Zaldúa; y el arquitecto José Carlos Fernández del Rey, que dedicó su intervención al genial arquitecto hispano-cubano Manuel del Busto. Con estas ponencias se dieron por cerradas las XV Jornadas de Historia de Navia.