La guardería de Medio Rural del Principado soltó ayer en la desembocadura del río Esva a cuatro ánades reales juveniles que se recuperaban del centro "Isabel La Católica" de Gijón y el núcleo zoológico "El Bosque" de Oviedo. Lo hizo en el marco de la fiesta de Cueva y el tradicional juego de la suelta del pato, que lleva este nombre porque antaño se nadaba detrás de los animales soltados por la ría, hoy prohibido tras las críticas.

Como ocurrió el año pasado, no se dio caza a las aves cedidas para la fiesta por el Principado, la misma administración que deniega el permiso para nadar tras ellas como dicta la tradición.

El portavoz de la comisión de fiestas, José Peláez, advirtió antes de la suelta, con micrófono en mano, de que no se podía perseguir a las aves. Este año, además, el río no reunía las condiciones para ello. No había caudal suficiente. La pericia de los ánades reales tampoco hubiera puesto fácil el juego, ya que una vez decididas a salir de la jaula donde los custodiaban los guardas de Medio Ambiente, los cuatro salieron volando.

La suelta provocó los aplausos de los asistentes. En esta edición de la fiesta el ambiente estuvo menos crispado que en las convocatorias pasadas. Hubo menos seguimiento y también menos críticas a los animalistas, que observan maltrato animal en el juego clásico. "Tenemos que hacer un homenaje al pato como sea", dijo Peláez, quien no cerró la puerta a hacer cambios en el futuro: "No sabemos qué ocurrirá en 2019".

El viceconsejero de Medio Ambiente, Benigno Fernández Fano, estuvo presente y valoró positivamente el cambio de la fiesta. "Esta comisión ha entendido el mensaje", dijo. Durante la jornada, se homenajeó a la futbolista María Méndez Fernández (Campeona de Europa en sub-21), con familia en Canero.