Cuando la veigueña Paula Pérez se quedó embarazada no sospechaba lo complejo que sería compatibilizar su profesión (es fisioterapeuta autónoma) con la maternidad. Dio a luz en noviembre del año pasado y, tras un escaso mes y medio de baja, se incorporó al trabajo para no fallar a quienes son sus clientes desde hace años. La sorpresa llegó a principios de este mes cuando recibió una carta del Principado en la que se le denegaba una ayuda para sufragar parte del contrato de la persona que cubrió su baja.

Pérez contrató a una compañera, también veigueña, aunque, y ahí reside el problema, apuntada al paro en la vecina comunidad gallega, en concreto en la localidad lucense de Ribadeo, donde reside. En las bases figuraba una cláusula que pasó desapercibida para la titular de la clínica, en la cual se indicaba que "los destinatarios de las contrataciones serán personas desempleadas demandantes de empleo inscritas como tales en el Servicio Público de Empleo del Principado de Asturias".

"Cuando recibí la carta sentí mucha ira interna porque me parece injusto. No es fácil ser autónoma y madre a la vez, y me da rabia que te vendan ayudas para los autónomos y planes para incentivar la natalidad, y luego te denieguen una ayuda por una tontería así, y más en una zona limítrofe como esta", añade Pérez, quien ha remitido su queja por escrito a la Consejería de Empleo, de la que dependen estas subvenciones para apoyar a las trabajadoras autónomas en situación de maternidad, adopción o acogimiento preadoptivo. Se trata de una ayuda de hasta 2.500 euros para sufragar el salario y las cuotas de la Seguridad Social de la persona contratada.

Pérez, que deja claro que está encantada tanto con su pequeño de diez meses como con su trabajo, no entiende que se haga esta diferenciación entre comunidades cuando el Sistema Nacional de Empleo (antiguo INEM) es estatal.