La difícil situación que la ausencia de secretario municipal está provocando en el Ayuntamiento de Tapia ha abierto la caja de los truenos y acrecentado la crisis en el gobierno socialista. Tras la dimisión de los ediles Julio Villadonga y José Emilio Reiriz, ahora es la concejala de Cultura, Carmen Lopes, la que manifiesta su incomodidad y admite que, a su juicio, fue un "error acceder al gobierno". Con todo, está dispuesta a seguir trabajando y no piensa por el momento renunciar a su acta de concejala.
Asegura que los responsables autonómicos del partido (Lopes no es afiliada) desconocen el "sacrificio físico y mental de hacerse cargo de un Ayuntamiento en la situación en la que está el de Tapia" y desvela que tanto ella como los dos compañeros dimitidos se opusieron en su momento al pacto con Foro para desbancar al anterior gobierno. "Tres de los cinco concejales no considerábamos oportuno entrar a gobernar porque íbamos a tragarnos toda la mierda. Yo me aguanté por culpa de la educación que me dio mi padre: cuando uno se compromete debe ser hasta el final", dijo.
Pese a que reconoce ser "muy distinta" a la regidora Ana Vigón, defiende su integridad y sus buenas cualidades como Alcaldesa: "Yo no valgo para la política, pero Ana es muy buena y es muy buena jefa. Jamás la van a pillar en un renuncio porque es íntegra al cien por cien. El problema es que ha entrado en un ayuntamiento donde hay tanto barro que no puedes ir de blanco. No le pido que haga irregularidades, solo que haga una excepción con el pago de las nóminas". Se refiere la concejala al pago de las nóminas de septiembre, pendiente por la ausencia de secretario y razón por la que la edil ha estallado.
"No puedo acabar septiembre sin un duro y que el día 1 de octubre me diga que no va a firmar las nóminas. Yo le dije que iba a estar con ella a brazo partido con la condición de que no me tocara el tema del sueldo. Por eso, hasta que no cobre me quedo en mi casa", añadió Lopes. Vigón firmó en los dos últimos meses las nóminas, pero desde el Principado le advirtieron de la responsabilidad que asumía, razón por la que para pagar el mes de septiembre ha decidido solicitar una asistencia técnica con el consiguiente retraso en el pago del sueldo a la plantilla.
"Ella quiere hacer una política limpia y por la línea recta, que me parece perfecto, pero estamos en una excepción. Hacerlo legal supone que no cobremos hasta el día 10 o el 11 y mi realidad es que sin ingresos no me puedo mover de casa", añadió.
Lopes se muestra dispuesta a acabar el mandato siempre que no reciba una oferta laboral que no pueda rechazar. Cabe recordar que percibe 479 euros brutos por una liberación del 33%, aunque la realidad es que en verano, con la importante actividad cultural de la villa, ha dedicado todo su tiempo al consistorio, lo que le ha impedido asumir otros trabajos.
La Alcaldesa, Ana Vigón, no quiere entrar en las declaraciones de Lopes ni en la situación de su equipo. "Respeto su decisión personal, pero yo seguiré trabajando como hasta ahora. Tengo un compromiso muy grande con el Ayuntamiento y soy consciente de que no puedo exigir a todos lo mismo", apunta.
La regidora emitió ayer un comunicado para explicar los trámites efectuados hasta el momento para cubrir la plaza de secretario "utilizando todos los procedimientos que marca la ley". Considera que el PP, en el gobierno hasta junio, debió incluir la vacante en el concurso de funcionarios de febrero, porque desde diciembre de 2017 sabían que el secretario se jubilaría en julio de 2018. "En el concurso, tienen la consideración de vacante las plazas de aquellos titulares que se vayan a jubilar dentro de los seis meses posteriores", precisa.
