El bodeguero y viticultor cangués Antonio Álvarez, más conocido como Antón Chicote, tiene claro que la Fiesta de la Vendimia "es el alma de las bodegas de Cangas". Al galardonado de este año con la distinción "Cepa de oro" que entrega la Junta Local de Hostelería le toca vivir cada año la fiesta tras el mostrador de su bar, Chicote, haciendo disfrutar con su carisma y su vino a visitantes y lugareños. Este año ha tenido que dejar el delantal durante unos minutos para pasar a ser uno de los protagonistas de la celebración, algo que agradeció con su característico humor a base de rimas: "Poco lo merezco y mucho lo agradezco".

Chicote pasó por la ganadería, la mina e incluso se preparó para ser fontanero, pero, finalmente, se convirtió en hostelero, sin abandonar nunca el cuidado de las viñas ni la producción del vino, que desde pequeño vendía con su padre por los bares del concejo y por las fiestas. "Unos se dedican al agua, y yo vivo del vino", sentenció.

Lamentó, como también había hecho antes que él el presidente de APROVICAN, José María Martínez, el año complicado que vivió la viticultura y la merma de producción que se registró en esta campaña, pero no perdió el buen humor para advertir al público asistente que "tendremos que echar los vasos más cortos".

A su lado estaba sentado Manuel Álvarez, de casa Mateo de Castro de Limés, que fue reconocido por la hostelería por su trayectoria como viticultor.

En el acto estuvo presente la directora general de Desarrollo Rural, María Jesús Aguilar, que ensalzó el carácter y la fortaleza de la gente del Suroccidente.