La escultura del Premio Nobel de Medicina Severo Ochoa (1905-1993) que el Ayuntamiento de Valdés instaló en la luarquesa plaza de Alfonso X El Sabio causa sensación entre los visitantes. En pleno puente de la Constitución, los turistas se paran y observan la escultura a tamaño real, leen la placa que el gobierno dedicó al prestigioso bioquímico y después no se van sin un retrato con sus cámaras. Algunas veces hay cola.

"Es uno de los símbolos de Luarca, ¿no?", dijo ayer la vallisoletana Alicia Gutiérrez, quien se llevó de recuerdo de la capital valdesana una foto con el científico. Su esposo y también presidente de la asociación de vecinos Parquesol de la ciudad, Juanjo Álvarez, fue el encargo de hacer la instantánea con un móvil. "No abundan muchas villas españolas con un recuerdo tan genuino para uno de sus paisanos", opinó.

En general, casi todos los visitante posan "ilusionados" con la pieza. Es el caso de la también vallisoletana Coral González, quien añadió a su paso por Luarca una historia real y muy cercana a la vida del Premio Nobel. Ella era la secretaria del Rector cuando Severo Ochoa recibió el título Doctor Honoris Causa de la Universidad de Valladolid. "¡Qué bonito ver ahora un recuerdo aquí, en su Luarca natal!", exclamó. "Me emociona", añadió.

La pareja formada por Lucía Álvarez y Vidal Dorado también se llevó de "grato" recuerdo una instantánea al lado del Premio Nobel de Medicina luarqués. "La escultura es algo muy singular que tiene Luarca y da gusto ver una pieza así, a tamaño real, porque te imaginas cómo era la persona", subrayó la primera.

Los jóvenes también contemplan con detenimiento la estatua descubierta el pasado noviembre y diseñada y hecha por la artista ovetense Sara Iglesias Poli. Fue el caso de Javier Marijuán, de La Rioja, quien no dudó en acercarse "al Premio Nobel inmortalizado", describió él mismo, y posar. "Hemos visto el cementerio de Luarca, donde descansa el bioquímico, y ahora estamos aquí", destacó. Las alusiones que hay en Luarca al prestigioso científico están detrás de que él y su grupo de amigos investigaran "un poco más" sobre la obra del Premio Nobel luarqués.

La estatua de Ochoa se encuentra cerca de la oficina de turismo y en una zona de la plaza que desemboca en la céntrica calle Uría. "Te encuentras con ella; la ves sí o sí", dijo Beñat Espiña, quien también posó para la foto. Muchas imágenes llegan a las redes sociales y convierten a Severo Ochoa en protagonista virtual.

El Ayuntamiento de Valdés instalará en las próximas semanas al menos dos focos para hacer más visible la escultura de noche y evitar, de paso, que algún viandante se lleve un susto.