"Lo que casi nunca se ve de la obra de Amador Rodríguez es su rigor", sostiene el artista plástico Ramón Rodríguez. El especialista interpretó ayer, dentro del ciclo "Mirar un cuadro" del Ayuntamiento de Valdés, una pintura que el artista cangués donó al concejo en los años noventa.

La obra, que lleva por título "Sin título", "puede no decir nada a muchos, pero nada de ella es fruto de la casualidad", dijo Ramón Rodríguez, quien se refirió al artista asturiano como uno de los escultores geométricos más importantes que dio España.

Amador, como era su nombre artístico, siempre se interesó por llevar las matemáticas a sus proyectos artísticos. Fue en un taller de carros de su padre donde descubrió dos figuras perfectas: el rectángulo y el círculo. Pese a que ejerció toda su vida laboral como inspector de Hacienda, siempre estuvo vinculado al arte.

Lo que ayer descubrió Ramón Rodríguez de esta persona fue también su carácter cercano, su pasión por aprender y su casi obsesión por fórmulas matemáticas y piezas. "En su obra aparece el tetraktys pitagórico", indicó Ramón Rodríguez, quien señaló que no es fácil descodificar la obra del artista ni mucho menos, su motivación, cuando no se tiene este tipo de información.

Es por ello que Ramón Rodríguez aconseja al espectador "contemplar, quedarse por un momento en la superficie y disfrutar de la armonía; intentar emocionarse", dijo. Las sesiones continúan hoy a la misma hora (13.30 horas, instituto de Luarca) con el análisis de la obra de Soledad Córdoba "Herida II". El ponente será el historiador y crítico de arte Gabino Busto Hevia. El ciclo se cerrará mañana con el análisis de la obra de Maritxa "Bodegón de pescados", a cargo del doctor en historia del Arte Juan Carlos Aparicio. La entrada es libre. Todas las obras forman parte de la colección del Certamen de Arte.