El castropolense Miguel López ha unido en su último libro los lugares más especiales de su vida con el mar, al que dedicó su vida profesional. "Una cumbia sobre la tumba del traidor" es su quinta novela, editada por la editorial El Tajalápiz y totalmente novedosa por el uso que hace de las nuevas tecnologías: incorpora códigos "QR" para ofrecer al lector material complementario que le lleva a los lugares de la trama. El trabajo se presentará mañana, a las siete de la tarde, en la Casa de Cultura de Figueras.
"Dice la editorial que quizás sea la primera novela que sale en España con códigos 'QR'. Creo que añaden un aliciente a la lectura y es un atractivo para los jóvenes", precisa el escritor, natural de Villadún. Gracias a dichos códigos el lector puede descargarse siete vídeos rodados en la zona en los que el propio autor añade información complementaria y también dos rutas literarias por Figueras y Turbo, la localidad colombiana con la que comparte protagonismo.
De las rutas literarias se ocupó el figuerense Fernando García, que explica que se trata de recorridos turístico-literarios. En el caso del itinerario figuerense, apunta García que constituye "una disculpa" para conocer la localidad. "Creo que es mucho más que una novela, ofrece una riqueza más allá de un texto literario y eso es de indudable valor", añade. Además, el consistorio castropolense está dispuesto a realizar una señalización física de dicha ruta.
La idea para esta novela surgió en la visita que el autor cursó, en uno de sus últimos viajes a Hispanoamérica, a la Universidad de Darién. "Me dieron un trato tan especial que les prometí que cuando volviera llevaría una novela dedicada al Caribe y a Darién", explica. Así nació "Una cumbia sobre la tumba del traidor", una novela de suspense "totalmente dedicada a la mar" y en la que se refleja la vida del marino que tan bien conoce el autor. No en vano, López es capitán de la Marina Mercante: navegó durante dieciséis años, tres de ellos por el Caribe, y se jubiló en la torre de Salvamento de El Musel, en Gijón.
Fernando García apunta que, "aunque él no lo reconozca, ésta es su novela más autobiográfica". Y es que, aunque Miguel López es de la parroquia de Barres, Figueras ha jugado un papel clave en su vida. Allí pisó su primera embarcación, una lancha de pasaje para cruzar a Ribadeo; también fue el puerto desde el que embarcó por primera vez y el lugar donde presentó su primera novela. "Marcó mi vida y tenía una deuda con Figueras", explica. Por eso, la localidad castropolense tiene "un papel fundamental" en la narracción, por ser el lugar de donde parten y a donde regresan los personajes principales. "El marco del Eo era ideal para esta novela", añade el autor, al tiempo que desvela que el relato comienza con un hundimiento de un barco en plena ría del Eo.
