"Conocer las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) debería ser obligatorio en la enseñanza secundaria y en la mayoría de la ciudadanía", defendió el presidente de la Fundación Española del Corazón, el cardiólogo Carlos Macaya, durante la presentación del instituto Elisa y Luis Villamil como primer centro educativo cardioprotegido del Occidente. Para el doctor, es tan importante la dotación de desfibriladores en los centros como la formación de los jóvenes en esa primera atención a la persona que ha sufrido una parada cardiaca.

"En España se registran 30.000 paradas cardiacas al año, y menos del diez por ciento se recuperan. El resto, se mueren. En cambio, en países donde se conocen más estas maniobras las cifras de los que se salvan se elevan al treinta por ciento. Lo tenéis que aprender y la formación en RCP debe ser una obligación y un objetivo, pues así lograremos salvar miles de vidas", añadió el prestigioso cardiólogo, que dirige desde 1999 el servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Este profesional impartió en Vegadeo una conferencia sobre cómo prevenir el riesgo cardiovascular en los jóvenes y alertó sobre el aumento de las tasas de obesidad infantil, así como del consumo de tabaco.

Macaya acompañó en el acto de colocación del desfibrilador a la directora de Transinsa, la empresa que realizó la donación del aparato, así como la formación en su uso a ocho personas del centro. "Espero que no sea necesario usarlo, pero podéis tener la tranquilidad de que permitirá prestar asistencia en una situación de parada cardiaca", señaló María Fernández al tiempo que destacó este paso que da el centro veigueño como "un hito importante".