Fue precisamente en la sala de As Quintas donde Martín Chirino y el escultor Herminio, impulsor del proyecto, se conocieron. En la inauguración de una de las exposiciones, el canario se acercó al franquino y le expuso su interés por conocer su estudio. No hubo más que decir, de inmediato Herminio le llevó hasta su rincón creativo y allí nació una gran amistad. Hasta el punto de que el franquino dice siempre que conocer a Chirino fue una de las mejores cosas que le pasaron en la vida. "Se llevaban muy bien, les gustaba mucho hablar porque se entendían y tenían una sensibilidad muy parecida. Disfrutaban y se querían mucho", añade Marta, quien precisa que para su padre conocer a Herminio supuso un aliciente en sus escapadas al Norte.
No solo hablaban de su obra, sino que Chirino animaba y estimulaba a Herminio a trabajar por el proyecto de As Quintas. "Siempre me decía, Herminio, lucha por esa idea, por ese amor a tu tierra, hasta la muerte", recuerda el escultor de La Caridad. Y ahora es Chirino, uno de los artistas españoles más internacionales, el que da un espaldarazo al proyecto de As Quintas. Herminio es muy consciente de lo que supone traer a la comarca la obra del brillante escultor canario y, por eso, no se cansa de repetir que logros como este son gracias al excepcional equipo de personas que están detrás de Amigos de As Quintas.
