Hubo quien se sorprendió con el bando que emitió hace unos días el Ayuntamiento de Tapia autorizando al club deportivo El Picón a mantener, pese al estado de alarma, los comederos de jabalí colocados por el concejo. No es que el colectivo, que gestiona el coto de caza, tenga interés en cebar a los animales, sino que forma parte de su estrategia para reducir los daños en los campos de cultivo, especialmente en los de maíz. Empezaron en 2015, nada más constituirse el club, y los resultados son positivos.
"Se nota bastante en la reducción de los daños. Si tienen comida destrozan menos", explica Ernesto Maseda, que preside este club de cazadores. Dice que esta acción es clave entre los meses de abril y septiembre, coincidiendo con el cultivo del maíz, que ocupa grandes extensiones de terreno en el concejo. De ahí que necesiten empezar a trabajar. Solo el año pasado el club distribuyó unas doce toneladas de maíz en los seis comederos que tiene en el concejo. Esto les supone un gasto de alrededor de 8.000 euros y mucha dedicación, ya que cada dos o tres días hay que reponer los comederos.
Además de colocar los cebaderos, el club pide a los ganaderos que avisen en caso de daños para reforzar la vigilancia haciendo aguardos nocturnos (este año los harán los guardas) y espantando a los animales con perros.
