La celebración del Carmen en Tapia de Casariego estuvo acompañada por la polémica. Debido a la situación sanitaria se había anunciado que los únicos actos que tendrían lugar para honrar a la patrona serían seis misas para dar cabida a todos los vecinos que quisieran asistir, puesto que el aforo en la iglesia estaba limitado a 70 personas, y en ningún caso se planteó que la imagen de la Virgen pudiera salir al exterior del templo.
Sin embargo, finalmente, el jueves sobre las ocho y media de la mañana la Virgen salió de la iglesia a hombros de marineros y se dirigió al puerto, donde estaba previsto que se celebrase una oración con una ofrenda floral ante una representación de los marinos.
Un acto que generó malestar entre algunos tapiegos, que llegaron a tacharlo de falta de respeto hacia el pueblo, al celebrarse lo que consideraron una procesión sin previo aviso y "solo para unos pocos".
El párroco, Jorge Luis Fernández, explica que la salida de la imagen fue improvisada y que en ningún momento buscaba ser "una procesión camuflada, no había una maniobra escondida, ni un plan b ni una estrategia", explica.
Cuenta que el acto organizado era un rezo y una ofrenda floral de una representación de los marineros, una docena, en el puerto a las nueve de la mañana, con el objetivo de que este año no se quedaran sin ningún tipo de celebración.
"En el último momento se pensó en bajar la imagen, para que estuviera presente en el rezo, pero no había ánimo de hacer procesión", apunta el cura, que matiza que la duración del acto fue de 10 minutos y que debido a la improvisación se adelantó sobre la hora programada.
A él debía asistir la alcaldesa, Ana Vigón, quien expresó su malestar por no haber podido llegar a tiempo, debido al cambio de horario, y por que la Virgen finalmente saliese sin que se hubiera comunicado al Ayuntamiento.
Algo por lo que el párroco se disculpó públicamente insistiendo en que todo se hizo con respeto por los tapiegos y por su devoción.
