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Avanza la demolición del cine Goya entre el temor vecinal a que cause grietas en las viviendas

La actuación sigue a buen ritmo y sin problemas pese a la complejidad de la obra, que genera recelo entre los residentes de las casas colindantes

Estado de la entrada del cine Goya de Luarca, ayer. A. M. SERRANO

Las obras de demolición de una parte del histórico cine Goya de Luarca avanzan según lo esperado. La concejala de Infraestructuras, Sara Fernández, asegura que la empresa adjudicataria no ha hallado problemas pese a la complejidad de la obra, que requiere derruir la zona que dicta una sentencia y mantener en el mejor estado posible el resto del edificio.

Los vecinos miran la actuación con recelo. Las labores generan ruido pero, más que eso, una parte de los residentes de la calle Nicanor del Campo está pendiente de una posible afectación a sus viviendas. "Veremos qué pasa, de momento, estamos expectantes y solo esperamos no acabar con grietas", señala una vecina que prefiere no dar su nombre.

Las obras concluirán antes de finalizar el año si se cumple el plazo de ejecución. Entonces el hasta la fecha remozado y nunca reabierto cine Goya dejará de ser el edificio que conocen los valdesanos. El gobierno estudia ahora sus posibilidades, ya que habrá que reubicar los aseos y la escalera, espacios a los que afecta la demolición. Lo que sí se sabe es que no puede ser auditorio como se esperaba, porque, según el alcalde, Óscar Pérez, el espacio resultante no tiene las medidas necesarias para poder acogerlo. Por tanto, queda atrás la ilusión de verlo convertido en centro de Artes Escénicas con una sala dedicada a la figura del famoso director artístico valdesano, dos veces 'oscarizado' por la Academia de Hollywood, Gil Parrondo.

No se ha descartado por completo que pudiera albergar el Museo del Calamar Gigante, si bien esta posibilidad está cada vez más lejana porque para volver a abrir el antiguo cine se estima que será necesaria otra obra de presupuesto casi millonario.

Haría falta para reconstruir, primero, toda la fachada que quedará afectada por la demolición actual. Además, el derribo cambiará los espacios interiores y, por ello, antes de una potencial reapertura, éstos también necesitarán otra reforma.

El Ayuntamiento de Valdés compró el cine luarqués en 2006 y proyectó un auditorio. Pese a que finalmente la obra se llevó a término, dos vecinas denunciaron que el proyecto excedía en altura y volumetría lo permitido. Tras un largo proceso judicial, ganaron la batalla al Consistorio. Al no cumplir su rehabilitación con el plan urbano, el cine debe volver a la legalidad y eso implica la demolición parcial.

El derribo que ejecuta la empresa Esvedra Obras y Reformas "con todos los controles de seguridad" y con un presupuesto de 249.030,39 euros prevé, según la concejala del área, la instalación de una escalera para comunicar las plantas del edificio y que sólo podrá utilizarse en caso de emergencia. De esta forma, dichas plantas, por el interior, quedan incomunicadas. En el plano político, el PP critica "la imagen del despilfarro socialista en Valdés". "Primero, tres millones para rehabilitar el Goya, ahora 400.000 euros para demolerlo sin haberlo usado", denuncia el portavoz, Carlos López. "Mientras tanto, cientos de farolas fundidas porque el Alcalde dice que no hay dinero para repararlas", concluye.

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