En su casa, “un poco abrumado y bastante nervioso”. Así recogió ayer el que fue presidente de la asamblea local de Luarca de Cruz Roja Manuel García, Manolo, la medalla que le reconoce como hijo adoptivo de Valdés. García, con 88 años recién cumplidos, aseguró durante la entrega de la distinción que todo lo que hizo en favor de los demás “lo hice porque quise, con mayor o menor acierto y seguro que no a gusto de todos, pero siempre intentando apoyar y colaborar como un vecino más”. Al acto solo asistió un grupo reducido de personas, entre ellas, representantes de Cruz Roja en Asturias y de los cuerpos de seguridad con los que colaboró García, además de la vecina de Cadavedo, y trabajadora social promotora del nombramiento, Marta Coronas, informa A. M. SERRANO.