Pablo Menéndez Menéndez tiene 16 años, estudia en el Instituto de Enseñanza Secundaria Obligatoria Carmen y Severo Ochoa de Luarca y desde hace unas semanas está de enhorabuena. Ha ganado la novena edición de las Olimpiadas de Ingeniería Informática de Asturias para alegría de familia, los profesores y para la suya propia. Quiere ser matemático.

Su don para esta disciplina lo ha demostrado sobradamente en las últimas competiciones de olimpiadas matemáticas o informáticas, donde ya es conocido. Le gusta participar en estos retos, pero más que eso le apasiona todo lo que cuentan los números sin decirlo. “Explican el mundo, es una explicación de todo”, dice. Lo que ocurre que no siempre se enseña bien esta materia y no siempre se estudia teniendo en cuenta este punto de vista. “Digamos que no se entienden”, cuenta Pablo Menéndez desde su casa de Gamones, en Valdés, donde encuentra la paz y la tranquilidad necesaria para estudiar y vivir.

Hay dos asignaturas que le llaman la atención: matemáticas y filosofía. Él encuentra el vínculo entre ellas y tal vez ese sea el motivo por el que ante los problemas que se plantean en las Olimpiadas, acierta. “El programa en clase normalmente es resolver un problema pero memorizando un proceso; es decir, mecanizas un forma de resolverlo y ya; en estas Olimpiadas los problemas son diferentes; tienes que pensarlos, razonarlos”, indica.

Pablo Menéndez no es el alumno de nota 10 de toda la vida. El pasado trimestre celebró un 9,5 de media, pero también confiesa que hasta la fecha no ha sido lo habitual. Dice que estudia “bien” porque ahora cursa primero de Bachillerato y se juega algo. “Digamos que en la ESO no estaba motivado”, advierte. Y lo no estaba porque el resultado, “siempre que figurara el aprobado, no cambiaba nada; ahora si no estudio tal vez no tenga la nota para elegir la carrera”.

Participar en las Olimpiadas, tanto en las de matemáticas como en las de informática, es un reto que le ayuda a seguir aprendiendo y superándose. Las próxima cita será el 21 de este mismo mes, en la clasificatoria nacional de la Olimpiada de Matemáticas y el 17 de abril en la clasificatoria del mismo nivel, pero distinta especialidad: Informática. Habrá muchos alumnos, tantos como comunidades de toda España o más, pero eso “me motiva. Cuantos más mejor”, subraya y agradece el trabajo de sus profesores y el apoyo de su familia. “Algo tienen que ver en todo esto”, concluye.