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Adrián Piñán, a la izquierda, ayer, realizando los sondeos previos a la intervención, en el entorno del faro, junto a Valentín Álvarez. | A. M. Serrano

Comienza la restauración de la muralla de La Atalaya, en Luarca

Los arqueólogos documentarán la batería defensiva y se creará un centro de interés turístico antes del verano

Luarca tendrá en verano restaurados y debidamente señalizados los restos de la batería artillera de la Atalaya, una estructura datada, según apunta la documentación encontrada, entre los siglos XVI y XVIII. El Ayuntamiento de Valdés financia en solitario esta intervención para recuperar parte de la historia de la capital del concejo, siguiendo un proceso iniciado por el arqueólogo local Valentín Álvarez, que también recuperó los cañones de Luarca que ahora lucen en la carretera del faro.

Ayer mismo, miércoles, se iniciaron los sondeos cerca de la muralla. Se trata de estudios que permitirán conocer en qué estado se encuentra este muro defensivo que en la edad moderna protegió la villa. Una vez realizada la investigación, se procederá a la restauración del área para ser conservada en las mejores condiciones. También está previsto hacer una labor documental y mostrar al gran público, a través de los paneles informativos que se instalarán en la zona, qué era la batería defensiva de Luarca, cómo evolucionó y qué materiales son originales. En total, se invertirán algo más de 22.000 euros en las actuaciones.

Valentín Álvarez, ayer, mostrando la fachada exterior de la batería artillera de Luarca.| A. M. Serrano

Valentín Álvarez incide en que lo que queda de las fortificaciones costeras asturianas está casi sin estudiar. En el caso de Luarca, está “en muy buen estado, quizás es una de las mejores conservadas de Asturias”. Cuenta el arqueólogo que en Galicia y Cantabria son habituales este tipo de intervenciones. Sin embargo, “en Asturias es la primera vez que se hace, al menos con el objetivo de documentar lo hallado”, indica.

Donde trabajan ahora es en el entorno del faro, propiedad de la autoridad portuaria. Para hacer los estudios se lograron permisos, pero lo que no será posible es intervenir en esta parte de la estructura. Sí se recuperará la fachada exterior, la que linda con la carretera del faro, que sí es competencia municipal.

Los arqueólogos han encontrado varios problemas. Uno, la proliferación de arbustos, cuyas raíces presionan la muralla. Además, se trabaja mirando al cielo ya que la meteorología es clave para poder hacer los sondeos con éxito y en el tiempo previsto. Con todo, la intervención podría concluir en verano.

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