La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Beatriz Egido Nueva secretaria general de CC OO en el Suroccidente

“El Suroccidente perdió 1.935 empleos en los últimos 9 años”

“La comarca no tiene aspiraciones a la vista, nos cierran la central térmica y proponen eólicos que apenas dan trabajo”

Beatriz Egido, en su despacho del Hospital Comarcal Carmen y Severo Ochoa, en Cangas del Narcea. | D. Á.

La enfermera Beatriz Egido (Salamanca, 1969) es la nueva secretaria general de CC OO en el Suroccidente. Llegó a la comarca para desarrollar su profesión y se asentó en el concejo de Allande. Allí tiene su plaza de enfermería, en el consultorio de Berducedo, aunque desde hace dos años es liberada sindical al ser nombrada presidenta de la junta de personal del área sanitaria II, además, es la secretaria general de sanidad del sindicato en la zona. Entre sus objetivos está recuperar presencia de CC OO y la afiliación, luchar contra la precariedad laboral y de servicios y contra la pérdida de población.

– ¿Cuál es la situación del sindicato en la comarca?

– A nivel nacional tenemos casi un millón de afiliados, en Asturias somos el sindicato con mayor representación en las empresas, así que todavía somos un sindicato fuerte. Aquí en la comarca rondamos los 1.000 afiliados, porque nos queda mucha gente prejubilada de la minería, que es el sector que más afiliación arrastraba antes. Le sigue ahora el sanitario, porque hay muchos conflictos y la gente sabe que la mejor manera de estar al día es estar en el sindicato. En los demás sectores creo que la presencia no es la que deberíamos, yo creo que por desconocimiento y porque no hemos llegado. Porque lo que sí percibo es que en los empleos más precarios, que suelen estar ocupados por mujeres, como son ayuda a domicilio o el sector de la alimentación, necesitan respaldo y ayuda y tienen ganas de reivindicar un convenio digno. Así que habrá que llegar a ellas otra vez e informarles de que estamos aquí. Creo que la gente a pesar de tener suspicacia y ser reticente, si nos acercamos y ven que tenemos ganas de estar con ellos, volverán.

– ¿A qué cree que se debe esa desconfianza?

– Hay una campaña de descrédito que se ha producido en parte por motivos y en parte por intereses, porque parece que se busca que la política y los sindicatos no estén bien vistos. Los que ganan con esto son las grandes empresas y los medios que les interesa tener a los trabajadores desconectados de recursos y de sus derechos, cuanta menos información tienen mejor para ellos. Pero ese descrédito y mala fama se quita cuando te conocen, si nos ven y comprueban que hay ganas de trabajar, la gente no lo percibe igual.

– ¿Por qué sigue siendo importante la acción sindical?

– Los sindicatos son fundamentales, defendemos los derechos de los trabajadores y trabajadoras, que son los vecinos de esta comarca. Cuando una sociedad no tiene inquietudes, no existe las ganas de luchar por lo tuyo, por tus derechos de manera solidaria, al final se convierte en una sociedad manipulada. Si vamos hacia el individualismo, que es a donde nos están llevando, estamos perdidos porque harán con nosotros lo que quieran. Además, la gente no tiene que olvidar que la acción sindical fue la que nos dio los derechos que tenemos: la jornada laboral, las pensiones, las vacaciones… Se necesita que los jóvenes impliquen porque el futuro está en sus manos y pasa por unirse a las organizaciones que defendemos estos derechos, que vamos a luchar con ellos.

–¿Cuáles son los principales retos que ve en la comarca?

– Hemos perdido el 30% de la población en los últimos 23 años y en los últimos 9 años perdimos 1.935 puestos de trabajo, que en concejos como Degaña e Ibias supone más de la mitad de los empleos que había. Y no tenemos aspiraciones a la vista, nos cierran la central térmica y proponen hacer eólicos que dejan dinero en los ayuntamientos, pero apenas crean puestos de trabajo. Porque al final el empleo lo da la industria. Necesitamos mejorar las comunicaciones por carretera, de internet y cobertura móvil. Servicios como el que dan los bancos debería obligarse por ley a que sea un servicio público, no puede ser que cuando tienen problemas sea una cuestión de Estado y que ellos reduzcan servicios en las zonas rurales y obliguen a las personas mayores a hacer las gestiones a través de un cajero. También se deben mantener las oficinas públicas en la zona, reducir el número de docentes eventuales en los colegios y seguir manteniendo la sanidad, porque es fundamental para que la gente se quede. También me preocupan muchísimo las mujeres que viven los pueblos por las condiciones tan complicadas que tienen para trabajar. Hay que invertir en hacerles la vida más fácil, que tengan recursos y apoyo, porque son las que hacen que la población se mantenga en las zonas rurales.

Compartir el artículo

stats