La tradición festiva de Valdés no se entiende sin dos productos tan típicos como “poco conocidos”: la rapa o torta de maíz y el bollo dulce trenzado, popularmente conocido como alfilada. La Sociedad Popular La Regalina, de Cadavedo, quiere impulsar ambos alimentos y con ese objetivo celebró ayer la primera edición del Festival de la rapa y la alfilada. “Queremos dar a conocer estos productos, que siguen muy vivos”, resumió el pregonero de la fiesta de La Regalina e impulsor de esta cita, José Manuel Fernández.

El festival busca generar conciencia ciudadana sobre la necesidad de preservar y divulgar esta tradición gastronómica y, a largo plazo, ya piensan en crear una cofradía en torno a estos dos manjares. En el acto inaugural participó Elías Gudín, vecino del pueblo valdesano de Ranón y autor de una investigación sobre la rapa, que define como “una torta especial, muy plana, amasada con harina de maíz ‘acentenada’, que se coloca sobre una base de berza y se cuece en el horno a fuego intenso”.

Dice Gudín que esta torta, conocida en el territorio eonaviego como rapón, es “uno de los alimentos más emblemáticos de Valdés, donde sigue muy viva” y reivindica un sello de calidad para preservarla. Explica que sus ingredientes básicos son el maíz, la berza y el tocino, “elemento imprescindible derivado del gocho, el animal más democrático”. Tras él, tomó la palabra el alcalde de Valdés, Óscar Pérez, destacando que “los gochos y los alcaldes son las figuras más democráticas de los municipios”. Bromas aparte, el regidor felicitó a los vecinos de Cadavedo por su iniciativa en defensa de las tradiciones y les volvió a dar su apoyo en la “carrera” para convertirse en Pueblo Ejemplar de Asturias.

Al evento, que contó con varios puestos de venta y un concurso de cocina, se sumaron otras asociaciones del concejo como “Almuña, ahora y siempre”, que también lucha por promover la cultura del maíz y “que no se pierdan nuestras costumbres”.