El tapiego Alejandro Menéndez regresaba a casa tras un largo viaje desde Madrid cuando se topó, en pleno centro de la villa de Tapia, con un zorro de paseo. “Venía desde la zona del Ayuntamiento e iba pancho, no escapaba. Se me quedó mirando y estuve un rato con él sacándole fotos desde el coche”, cuenta el autor de unas fotografías que ayer dieron que hablar en las redes sociales de los tapiegos.
El llamativo encuentro con el zorro, o raposo, como se conoce popularmente, tuvo lugar en torno a las once de la noche del domingo, en unas calles prácticamente desiertas. El animal cruzó la plaza de Campogrande, bajó las escaleras hacia la avenida del Muelle y la atravesó en dirección a la puerta de una panadería ubicada en la zona. “Hice pocas fotos porque no encontraba el móvil, pero estuvo por esa zona sobre diez o quince minutos”, cuenta Menéndez. Relata que no es el primer animal de este tipo que tiene en las calles tapiegas, ya que hace tiempo se encontró con una nutria deambulando por la zona de Os Cañóis.
El naturalista valdesano Luis Laria explica que este tipo de encuentros con los animales silvestres son ya “bastante habituales” y “cada vez lo serán más”. Comenta que suelen acceder a las villas atraídos por la facilidad de hallar comida y deja claro que estos animales no suponen ningún riesgo para los humanos.
La recomendación de Laria, responsable del Cepesma y del Parque de la Vida, es intentar “socializar con ellos lo mínimo posible” y evitar darles de comer. “Yo aconsejo espantarlos para que nos tengan miedo y no cojan confianza con nosotros, pues esa socialización acaba teniendo consecuencias negativas para ellos, que llevan las de perder. Así que lo más importante es que no se socialice”, añade el experto valdesano.
