Cudillero despide a la médica de familia Belén García, que deja el concejo tras trece años: "Todo el mundo la quiere mucho"

"Elegí el destino por un impulso y no me arrepentí ni un día. Me da pena marcharme y nos echaremos de menos, pero sé que quedan bien atendidos", señala la facultativa, que pasará consulta en Candás hasta su jubilación en diciembre

Belén García Busto en el restaurante donde fue homenajeada.

Belén García Busto en el restaurante donde fue homenajeada. / T. Cascudo

Los vecinos de Cudillero realizaron ayer un homenaje a la médica de familia Belén García Busto, que deja el centro de salud pixueto tras trece años de oficio. "Todos sentimos mucho que se marche, la queremos mucho. Es apreciada por su valor médico y humano, ya que mira a los pacientes como personas, más allá de la enfermedad", relata la enfermera Marta Villamil, compañera de trabajo y una de las promotoras del reconocimiento realizado a la doctora. La profesional, natural de Villaviciosa y vecina de Gijón, dice marcharse con pena, pero tranquila porque sus pacientes quedan en buenas manos: "Estoy emocionada y agradecida por este homenaje, siempre me he sentido muy acogida y querida aquí".

El grupo de promotores del homenaje posan con los detalles entregados a la doctora.

El grupo de promotores del homenaje posan con los detalles entregados a la doctora. / R. T. C.

Belén García relata que eligió el centro de salud de Cudillero por "un impulso" y tras la buena experiencia vivida en Villaviciosa y Tazones: "Me quedaba más cerca Mieres, pero Cudillero tiene otra luz y lo elegí por impulso. La verdad es que no me arrepentí ni un solo día". Aunque le quedan solo unos meses para jubilarse (el próximo diciembre), su situación familiar ha motivado que buscara un destino más próximo a su residencia y, de ahí, que se marche a Candás. "Me habría gustado jubilarme aquí, pero me voy aliviada porque sé que, aunque me echen de menos y yo a ellos, van a estar bien atendidos", añade.

Cuenta la doctora que terminó la carrera "dispuesta a tratar enfermedades y enfermos, pero, con el rodaje, los pacientes me enseñaron que había que atender personas. En Villaviciosa ya vi personas y familias y en Cudillero me di cuenta que había cosas que no se podían solucionar en la consulta. Hay que valorar a la persona, su entorno, su trabajo... todo el conjunto. Fueron los vecinos de Cudillero los que me ensañaron lo que de verdad es la medicina comunitaria y a ellos les debo lo que soy", señala.

La doctora, en el centro, con los impulsores del homenaje, Juan Luis Álvarez del Busto, Puri Martínez, Marta Villamil y José Antonio Iglesias.

La doctora, en el centro, con los impulsores del homenaje, Juan Luis Álvarez del Busto, Puri Martínez, Marta Villamil y José Antonio Iglesias. / T. Cascudo

Los intervinientes en el acto, en el que se implicó la Asociación de Mujeres Santana, el Grupo de Marcha Nórdica y la Cofradía de Pescadores, resaltaron la "excelente" labor de la doctora, "cargada de humanidad", "implicación" y "empatía". La profesional tuvo mucho que decir en la renovación de la directiva de la asociación Santana, animando a un grupo de mujeres a que tomaran las riendas, y también impulsó el Grupo de Marcha Nórdica, sabedora del papel que juega la actividad física en compañía en el bienestar de las personas. Son solo dos ejemplos de que su labor fue mucho más allá de las puertas de su consulta. En Cudillero echarán mucho de menos a esta profesional "participativa" en todo y que deja en el concejo no solo pacientes, sino confidentes y amigos.