La sidrería en la que trabajaba el motero fallecido en Tineo, cerrada en señal de duelo

"Era muy trabajador, muy cumplidor y muy buena persona", indica el dueño del restaurante Narcea

Alejandro Alonso Saldarriaga, fallecido en accidente de moto en Tineo.

Alejandro Alonso Saldarriaga, fallecido en accidente de moto en Tineo. / D. Álvarez

La sidrería Narcea, de Cangas del Narcea, no abrió sus puertas ayer, ni lo hará tampoco hoy, en señal de duelo por el fallecimiento de uno de sus trabajadores, Alejandro Alonso Saldarriaga, en un trágico accidente de moto que se registró a las seis de la tarde de este domingo en el concejo de Tineo. El joven de 30 años se salió de la vía por causas de momento desconocidas que investiga la Guardia Civil y chocó contra el quitamiedos cuando circulaba con su moto, una Kawasaki modelo Z900, por la carretera que une la capital tinetense con Navelgas (AS-350), cerca de la localidad de Obona. Esta carretera es frecuentada por los aficionados a las rutas moteras.

"Era muy buen chaval, muy trabajador, muy cumplidor y muy buena persona", describe el dueño del restaurante cangués, Javier Marcos, que confesaba ayer que no se sienten "con ánimo" para hablar de él. La noticia de la muerte de Alejandro Alonso causó a los dueños y trabajadores de la sidrería un gran impacto. Alejandro Alonso, que trabajaba de cocinero en el establecimiento, había acabado el turno de las comidas y le tocaba regresar para las cenas. Según su jefe, una de sus características era la puntualidad, así que cuando pasada media hora de su hora de entrada no había llegado de nuevo a su puesto de trabajo se extrañaron y temieron que algo le hubiera pasado.

El fallecido llevaba tan solo seis meses trabajando en el restaurante cangués, pero Javier Marcos asegura que estaban "encantados con él. Estábamos con él como si nos tocara la lotería, porque es muy difícil encontrar gente así. Todos lo apreciábamos mucho", recalca.

El joven, natural de Perú, llevaba varios años viviendo en Asturias y desde su llegada a Cangas del Narcea se había instalado en el pueblo de Corias, muy cercano a la capital del concejo. Antes había residido en Sevares (Sebares, según la toponimia oficial), en Piloña, donde había trabajado, también como cocinero, en el restaurante La Roca, donde también dejó un gran recuerdo por su "cercanía, profesionalidad y humildad".