Estas son las piezas del pecio hundido en la ría del Eo que se mostrarán en el Museo Arqueológico de Asturias

"Es un gran paso", dice el portavoz del equipo investigador, quien alertó a la Consejería de Cultura del riesgo de expolio para sacar a tierra un material que antes de ser expuesto será restaurado

Personal que participó en la recuperación de las piezas que se expondrán en el Museo Arqueológico de Asturias.

Personal que participó en la recuperación de las piezas que se expondrán en el Museo Arqueológico de Asturias. / R. A. S.

Ana M. Serrano

Ana M. Serrano

El Museo Arqueológico de Asturias mostrará piezas del barco hundido en la ensenada de Arnao, frente a la costa de Castropol. Se trata del rollo de plomo de pecio, una roldana idéntida a la expuesta en el inglés Mary Rose Museum y un bolaño.

El portavoz de las campañas que se realizan desde 2019, Antón López, explica que estas piezas llegan a tierra "porque había riesgo de expolio". "Es material sensible que nos ofrecerá en un futuro mucha información y podía desaparecer en cualquier momento", detalla el arqueólogo, quien es responsable de la zona Noroeste del Departamento de Patrimonio Histórico Cultural Subacuático de la Federación Española de Actividades Subacuáticas (Fedas).

En las dos campañas (2019 y 2023) para estudiar lo que hay en el fondo de las aguas en este punto concreto de la ría con el fin de crear el primer parque arqueológico subacuático participan la Fedas, la federación asturiana del mismo deporte (Faspa) y el Club de Vela de Castropol, con la colaboración de la Armada. López detalla que hace ahora un año, cuando se dio publicidad al hallazgo de trece cañones, se encontraron estas tres piezas. No se informó de ellas de forma pública para evitar precisamente el expolio. En estos meses, se tramitaron los permisos para que el Principado autorizara el rescate del material. Aunque el trámite fue rápido, los buzos no pudieron hacer las inmersiones por las condiciones meteorológicas hasta el pasado lunes. Detalla López que ahora estas tres piezas serán restauradas, dado su estado de deterioro. Su estudio en tierra será decisivo con el fin de determinar un dato básico: el año de hundimiento del barco. "No momento, una aproximación será muy precipitada si bien es conocido por todos, por los cañones, que se trata de un barco de guerra", apunta López.

Con todo, el equipo está satisfecho con los resultados de las campañas que se hacen para conocer el valor de este yacimiento descubierto en 2008. Hay avances porque, con este paso y como ejemplo, se protegen elementos que permanecían en el fondo de la ría, sin protección alguna, a la vista de todos los buceadores. López apunta, además, una curiosidad. El rollo de plomo es un material que no se suele recuperar. Es por ello que el equipo investigación está especialmente contento: "Digamos que es extraño dar con esta pieza y que llegue a nuestras manos en este estado". El rollo de plomo, informa, viaje en un lugar muy resguardo del barco y se utiliza para hacer las reparaciones.

Este desembarco de material del futuro yacimiento subacuático de la ría del Eo en el Museo Arqueológico de Asturias mide en el interés del Principado por este proyecto que, en su momento, hará a Castropol único en Asturias porque no existe algo similar en la costa del Principado. En un futuro, se espera que se acompaña de un centro de interpretación para que las personas interesadas en el pecio y su historia que no bucean puedan disfrutar "de alguna manera" de este patrimonio. López apunta, no obstante, que el lugar donde se encuentra el barco, cuando la marea es baja, permite observar con buceo sin botella de oxígenos piezas como lo cañones, ya que cuando el nivel del agua es bajo "están a tan solo tres metros de profundidad".

"Ahora mismo estamos encontrando materiales no documentados y necesitaremos un tiempo para investigar su procedencia porque no descartamos que no todo proceda del pecio y que pueda tratarse d material tirado por la borda de otros barcos", apunta López. De hecho, se trata de un punto de la ría del Eo especial donde pudieron chocar barcos.

Un experto con el bolaño, durante la investación previa a su recuperación.

Un experto con el bolaño, durante la investigación previa a su recuperación. / R. A. S.

López señala que estas investigaciones tienen más interés que la mera restauración y la protección de las piezas en sí. "Es importante porque el estudio de un pecio nos da pistas sobre la arquitectura naval de pasado", indica al tiempo que explica que antaño no quedaba constancia de todos los diseños en papel "y estos diseños están ocultos en la estructura de madera que está debajo de la arena y del pedregal", ilustra. "Tendremos información sobre cómo se trabajaba, cómo era la hemodinámica, por ejemplo; y también podremos concreta el origen del buque y, con ello, documentar algo más de la historia de la ría del Eo y de la sociedad del pasado", añade el arqueólogo.

El encargado principal de la investigación añade que "más o menos, sabemos el horizonte cultural de los materiales" hallados hasta la fecha, entre ellos trece cañones, "pero no sabemos cuáles de esos materiales tienen que ver con el pecio y cuáles tienen otro origen".