El colegio público Ramón Muñoz de Luarca enseña a los alumnos a cuidar los montes: una propuesta que aspira a ser premiada

"Queríamos conocer las causas del incendio de 2023, buscar soluciones para que no vuelva a pasar, crear sensibilidad y, sobre todo, atender a las preocupaciones e inquietudes del alumnado", dice la directora, Clara María Pérez

Un grupo de alumnos repoblando un monte de Barcia.

Un grupo de alumnos repoblando un monte de Barcia. / R. A. S.

Ana M. Serrano

Ana M. Serrano

Si algo se quedó en el recuerdo de muchos valdesanos fueron los incendios el marzo de 2023, esos que asolaron 10.000 hectáreas de montes en muchos casos cercanos a localidades pobladas del concejo. Aquel 31 de marzo, varios escolares del colegio público Ramón Muñoz de Luarca volvían de su semana en la nieve y se encontraron con una estampa dantesca que provocó las lágrimas de algunos y la preocupación de todos.

La profesora y secretaria del centro, Virginia Leal, recuerda aquel momento: cuando el autocar atravesaba la autovía del Cantábrico entre Cadavedo y Barcia. "Casi no sabes qué decir: olía a humo, lo veías todo negro; yo creo que aquellas imágenes se nos quedaron grabadas a todos", revela. De aquella preocupación e incertidumbre y de aquellas emociones que sintieron y trasladaron a sus profesores los alumnos nació un proyecto que la directora del colegio Clara María Pérez cree "especial". ¿Por qué? Porque va más allá de un enfoque meramente curricular, porque les enseña sí, pero desde sus preocupaciones, desde un hecho que les afectó y desde su entorno. "Queríamos conocer las causas del incendio, buscar soluciones para que no vuelva a pasar, crear sensibilidad y, sobre todo, atender a sus preocupaciones e inquietudes", aclara García. Para ello, durante todo el curso el conjunto del alumnado, (182 escolares que cursan entre primero de Infantil y sexto de Primaria) realizaron varias actividades que, en su conjunto, "que dejan huella". Esas que, como dice la jefa de estudios, Reyes Arrizabalaga, "no son aisladas" sino que hacen que los alumnos reflexione sobre un tema o situación en concreto.

La directora del centro se esmera en enumerar cada acción aunque el espíritu queda claro solo por su forma de contarlo. Para empezar todas las celebraciones señaladas, como la Navidad o el carnaval, tenían como nexo el cuidado de los bosques y su papel esencial en el desarrollo de la vida y en la mejora de la calidad de vida de los habitantes del planeta. "Estamos muy contentas con el resultado", indica Clara María Pérez. Como ejemplo, se repobló parte de un monte quemado de Barcia, se visitó otro de Busto para hacer acciones artísticas y dejar lemas relacionados con la necesidad de cuidar y el placer de disfrutar de la naturaleza, se creó un mural que todavía ahora recibe a los visitantes del centro y se propuso a los alumnos pensar en su árbol "especial", ese que les lleva a un recuerdo único. Fueron solo algunas acciones.

En el Amaguesto acudieron al centro personas que trabajan con la madera para mostrar cómo se aprovecha aquello que nace en el monte y en Halloween y Navidad la decoración principal se hizo con madera de los montes cercanos. Si algo destacó fue la celebración del día de la Paz porque se unió este concepto con la naturaleza. ¿Cómo? Recordando la vida y obra de la bióloga keniata Wangari Maathai, quien está detrás de la plantación, con fines ecológicos pero también sociales, de 47 millones de árboles. Hubo en el colegio hasta danzas africanas y se regaló a cada alumno una semilla de acebo que ellos plantaron en envases de yogur reutilizados para la ocasión. La directora no pasa por alto la semana cultural: fueron muchas propuestas y todas relacionadas con el bosque en su amplio sentido: se dio paso hasta a los bomberos de Luarca que explicaron cómo trabajan en caso de incendios forestales y a la empresa Ence que detalló cómo se produce la pasta de papel. Próximas están las actividades del día del libro. Habrás lecturas relacionadas con los montes, se entregarán los premios del concurso literario sobre bosques y se elegirá la mascota de la biblioteca (siempre un animal de monte) y se harán marcapáginas con pétalos de flores secas, entre otras actividades. La directora agradece el esfuerzo de toda la comunidad educativa y del claustro "sin quienes todo esto es imposible".

Lo que esperan ahora es poder continuar con este proyecto más allá de este curso. Lo hacen porque la implicación ha superado las expectativas. "Ver porque ejemplo la plantación de los árboles en Barcia, a los alumnos más mayores ayudando a los pequeños, fue mágico", dice la secretaria del colegio. Muchos preguntan cómo crece su árbol, otros desean ponerle una etiqueta y, en general, ven sus montes con otros ojos. Ahora el proyecto se presentará a concursos de índole nacional, mientras, eso sí, se cuelga el cartel de objetivo conseguido.