Brisas de Cudillero

El concejo pixueto y la plaza de la Marina

El Cuaderno Literario de Nieves Herrero y los gentilicios locales

Nieves Herrero, gran periodista, escritora –a la que a estas alturas no voy a descubrir– y mejor persona nos deleitó, y nos emocionó, con su Cuaderno Literario Escritores en Cudillero, el cuadragésimo, que leyó en la tradicional Fiesta Literaria de la Mar el pasado día 1 de octubre, domingo, en la que también la Asociación Amigos de Cudillero, organizadora del acto, entregó a la joven Daniela Bra Toro, alumna del colegio San Fernando de Avilés, el primer premio del 41.º concurso literario "Cudillero, el pescador y la mar" y al admirado y entrañable artista Favila le fue impuesta la insignia de oro del referido colectivo cultural.

El caso es que Nieves Herrero, en su hermoso, cercano y certero texto patentizó de una manera evidente su conocimiento relacionado con el concejo. Por ejemplo, denominó a sus habitantes con el gentilicio de cudillerenses, y dentro de éstos, según en qué zona o lugar, caizos, pixuetos, vaqueiros, aldeanos…Vamos, como debe de ser y es.

Viene esto a cuento por la tozudez, respetable pero equivocada, de referirse en determinadas ocasiones al concejo pixueto en lugar de cudillerense. Puestos así, ¿por qué no concejo vaqueiro, farriego, caízo o aldeano? Si, por ejemplo, uno se acerca a Soto de Luiña y le dice a un vecino que es pixueto, lo mirará asombrado y, por educación, a lo mejor se calla. Y no digamos a un vaqueiro de las parroquias de San Martín de Luiña, de Faedo o de Novellana…O que a un pixueto lo llamen, qué se yo, aldeano. En conclusión: los habitantes del concejo de Cudillero son cudillerenses con respeto a las distintas denominaciones locales, pero sin confundir lo uno con lo otro. Menos demagogia.

Y ciñéndonos a la villa de Cudillero, uno está "farto" de escuchar que La Ribera o El Sable es la plaza de La Marina, cuando lo cierto es que esta última circunda la antigua rula o lonja de pescados, a continuación de La Ribera; luego viene la plaza del Comercio y, después, de la San Pedro o de la Constitución; y más arriba, las de don José Barcia Rubio (la plazoleta) y don Evaristo Feito. Lo triste de esto es que existan personas del lugar, algunas doctas, que continúen erre que erre; y así de "aquellos polvos, vinieron estos lodos".

Creo que va siendo hora de tratar de "desfacer este entuerto". Imagínense que el secular sermón de "L´Amuravela" finalizara así:

“¡¡¡Mientras Cudillero viva,

y dure la Fuenti´l Cantu,

va San Pedro a la plaza La Marina

con todos los demás Santos!!!”.

Pues igual tiraban al recitador, en este caso a Cesáreo Marqués, al agua. Aunque igual no. Total…

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