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El cormorán

Hasta que la cambien

Variedad de fórmulas con las que los repúblicos se juramentan al posesionarse

La variedad de fórmulas que han utilizado concejales y diputados regionales para juramentarse con -más bien contra- la Constitución y el Rey casi nos vuelve tarumba. Casi hemos llegado al extremo cómico que comentaba aquel personaje de la película "¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?" -"Avanti!" dirigida por Billy Wilder (1972)-. Ni que decir tiene que es una de esas cintas que inexcusablemente se ha de ver antes de morir, como todas las de Wilder, e incluso convendría hacerlo en la hora misma de la muerte, si el cuerpo y la mente dan para ello. Pues bien, en la película aparece un personaje, el diplomático estadounidense J. J. Blodgett, para resolver el problema del traslado de un cadáver desde Isquia (Italia). Nada más llegar, se tropieza con la lengua de Dante y protesta: "En todo el mundo me pasa lo mismo; no me quejo de que los extranjeros hablen un idioma extranjero, pero deberían hablar todos el mismo idioma extranjero". Por tanto, no nos quejamos de que cada repúblico tenga su fórmula de posesionarse, pero, por favor, los que tenga una alternativa que se pongan de acuerdo, porque entre lo escuchado hemos oído anacolutos, patadas a la sintaxis y otros desórdenes gramaticales. Y decimos no quejarnos de las fórmulas alternativas en el caso de que fueran legales, asunto que no nos ha quedado del todo claro. Pero no nos preocupa sólo el plano legal, ya que, por ejemplo, jurar la Constitución "hasta que el pueblo la cambie", va más allá de todo eso. Remite, en particular, a esa idea de Podemos de abrir un proceso constituyente para cambiar la forma del Estado, las estructuras de gobierno o los niveles de progreso social. Esto tiene muchos matices y, aunque el cuerpo y las creencias nos piden darle la vuelta a varias cosas, preferimos ir con mucho tiento. Pero, en cualquier caso, decir que cumplirás esta Constitución hasta que te pongan otra delante es una obviedad.

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