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Cien líneas

Ring ring

Hace ya meses Carlos Santullano me avisó de la deriva liberal que iba a desarrollar Pablo Iglesias II. Ayer, en Madrid, en el hotel Ritz, el líder progre dijo que había "aprendido mucho de los liberales". Profecía cumplida. El pasado verano, en el curso de liberalismo acelerado que impartí a algunos podemitas, palpé la debilidad de sus posiciones. Y es que no hay ni un solo argumento contra el liberalismo si se quiere una sociedad mejor. O, dicho de otra manera, la izquierda sólo remite al desastre -por no decir al horror-, mientras que el liberalismo conduce a un mundo mejor porque lleva doscientos años emancipando a la humanidad. Una teoría abrumadora y una praxis aún más abrumadora.

El líder de Podemos afirmó también: "Nosotros dijimos que el cielo se toma por asalto y quizá nuestros adversarios no entendieron que en una democracia los asaltos se hacen llamando al timbre. Los ciudadanos han empezado ya a asaltar las instituciones llamando al timbre, han empezado a cambiar los ayuntamientos de nuestro país, España ha cambiado ya".

El grupo "Margen" decía, a propósito del 34, aquello de "los cíclopes salieron de las entrañas de la tierra para asaltar el cielo". Pablo Iglesias II pasa de trotskomaoísta a socialdemócrata pancista en un parpadeo.

Ocurrió lo mismo con el primer Felipe González, a la izquierda del PCE. No a la OTAN y, zas, Solana secretario general de la cosa. Podemos se modera -se automutila- para no desangrar al PSOE. Hay que mantener el esquema SIR: Sánchez, Iglesias y Rivera. El Pentágono manda. Menos mal. Riiing, riiing.

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