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Evolución Desde la cueva de El Sidrón hasta Oriente Próximo y la actualidad

Cuando hace unos 49.000 años en España desaparecieron en plenas condiciones glaciares los últimos "Homo neanderthalensis", en la cueva de El Sidrón (Piloña) posiblemente un corrimiento de tierras produjo la muerte de un grupo de once personas, cuyos restos, con importante material fósil, fueron encontrados tan sólo en el año 1994, causando entonces, y hasta hoy, enorme sensación en el mundo de la ciencia.

Alrededor del tiempo de la desaparición de los neanderthales ha debido llegar a la zona franco-cántabra el hombre moderno, "Homo sapiens", o sea, nosotros. Se refugió en pequeños grupos nómadas en kársticas cuevas durante gran parte del friísimo año, desde Lascaux y Chauvet, en Francia, hasta el Nalón Medio y Altamira ("Capilla Sixtina del Cuaternario"). Esta última fue distinguida en 1985 por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, distinción ampliada en 2008 a otras diecisiete cuevas con el título "Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España". Concretamente, en la cueva de Altamira se albergaban "Homo sapiens" desde 35.600 hasta 13.600 años a. C., cuando se derrumbó su entrada.

Más o menos sobre esta fecha, después de unos 100.000 años, finalizó también la última glaciación, lo que, primero en la lejana Mesopotamia, llevó al inicio de la cultura neolítica. Había surgido la vegetación y en la así llamada "media luna fértil", desde los valles del Nilo y Jordán, Levante Mediterráneo, Mesopotamia y hasta Persia, el hombre cambió su vida de nómada cazador/recolector, o sea, depredador, a productor (ganadería/agricultura), y comenzó a domesticar animales e inició el cultivo de cereales, adoptando así paulatinamente una vida sedentaria.

Estamos hablando de la revolución neolítica a partir del milenio VIII, en la cual, en la primera transformación radical de su forma de vida, el hombre hace importantes invenciones, con nuevas artesanías y técnicas, como la irrigación y el arado del suelo, la rueda y el torno, la cestería, la cerámica y la metalurgia con el cobre y después el bronce.

Desde la llegada a la Edad del Bronce en el IV milenio, Mesopotamia es considerada como la "cuna de nuestra civilización".

En esto también tiene gran importancia la invención de la escritura, y ya en el 2.650 a. C. aparece con la "Epopeya de Gilgamesh" la primera obra de la literatura de la humanidad, impresa sobre tablillas de barro en idioma sumerio.

A la revolución neolítica del VIII milenio sigue otra, la revolución urbana, en el milenio IV a. C.

La vida sedentaria había llevado a la aparición de poblados, siguiendo más tarde la construcción de ciudades (Jericó, Eridú, Uruk, etcétera), que en el transcurrir del tiempo evolucionaron hacia ciudades-estado, después a estados, con sus propias monarquías, diosas y dioses, y terminan en grandes imperios.

En el imperio de Babilonia p. e. su sexto rey impone en 1780 a. C. la primera ley escrita del mundo, el Código Hammurabi. En el norte de Mesopotamia existió el imperio asirio desde 1813 a. C. hasta esta misma fecha.

Muchos siglos más tarde (539 a. C.), los persas conquistan Mesopotamia, todo el Próximo Oriente, creando el inmenso imperio aqueménida, siendo vencidos por Alejandro el Grande en 334 a. C. Después el imperio griego sucumbe en 146 a. C. al de Roma y nace la civilización grecorromana.

El Próximo Oriente, cuna de la civilización, era/es un centro espiritual y verdadero crisol de religiones: Judaísmo, Iglesia Ortodoxa, Islam, Yazidismo, Mitrais-mo, Zoroastrismo, Maniqueísmo, Fe Bahái, etcétera. También incluye distintas familias lingüísticas, como la indoeuropea, afroasiática y lenguas altaicas, siendo lo más hablado el árabe en sus numerosas variantes.

Para llegar al día de hoy, demos ahora un gran salto hasta la historia moderna, primero al gigantesco Imperio Turco Otomano (1299/1923) y después concretamente al siglo pasado.

Después de la I Guerra Mundial, sus vencedores dividen el Imperio Otomano del Oriente Próximo en varios Estados (Siria, Irak, Líbano, Palestina, Jordania, Chipre, etcétera), sin tomar mínimamente en consideración las enormes diferencias étnicas y religiosas de toda la zona, y Francia y Gran Bretaña se repartieron estos estados para su "administración".

Esta repartición se puede considerar el inicio de la creación de un foco mundial de tremendas tensiones.

En los años treinta, al descubrirse petróleo en la zona del Golfo -Arabia recién transformada de sociedad tribal/nómada a monarquía absoluta y teocrática-, la influencia de Francia y Gran Bretaña en Oriente Medio es suplantada por las superpotencias USA y Unión Soviética, que en la guerra fría escenifican allí su lucha ideológica.

La extracción masiva de petróleo comenzó en la zona en 1945, sobre el final de la terrible II Guerra Mundial y el comienzo de la guerra fría.

Desde 1975 hasta 1990 se libra una cruenta guerra civil en el Líbano, antaño "la Suiza del Próximo Oriente", con miles de muertos y masivas destrucciones.

En 1978, invasión por la Unión Soviética de Afganistán para defender el Gobierno comunista de la guerrilla islamista Muyahidín, ésta, por su parte, apoyada por USA. Sólo en 1989 las tropas soviéticas se retiran, pero desde 1992 sigue la guerra civil hasta 2001, cuando el entonces Gobierno talibán es derribado por una fuerza internacional occidental, también en retaliación por el ataque talibán (liderado por el saudí Osama bin Laden) al World Trade Center de Nueva York, el 11-09-2001 ("nine-eleven"). Siguiendo la guerra civil en Afganistán ¡hasta hoy!

El 16-03-2003, un después denominado "Trío de las Azores" decide la invasión de Irak por países de Occidente, justificándola con la inexistente posesión de armas de destrucción masiva por el dictador Saddam Hussein, que es derribado, ejecutado, su Administración totalmente desmantelada y sus seguidores sunnitas, perseguidos. ¿Resultado? Otro Estado fallido, años de guerra civil, chiitas contra sunnitas y kurdos, etcétera, ¡hasta hoy!

En 2011 había estallado la guerra civil de Siria como consecuencia de la "Primavera árabe"; hasta 2015 mueren en ella casi 400.000 sirios y unos 6 millones se refugian, la mayoría en países vecinos.

¡En esta caótica guerra del Próximo Oriente, también contra el nuevo "Califato", ahora ya participan saudíes (con una alianza de más de treinta estados suníes), rusos, americanos, ingleses, franceses, alemanes, turcos, etcétera!

Otra infeliz intervención había ocurrido en Libia en 2014, cuando Occidente derriba al dictador Muamar el Gadafi y el anterior (riquísimo) Estado se desintegra en tribus, ¡quedando todavía hoy dos gobiernos rivales luchando entre sí!

En Israel, creado por Occidente en Palestina en 1948, y después de varias guerras contra el mundo árabe, millones de palestinos viven desde hace décadas (y muchos nacen allí) en gigantescos campos de refugiados.

Por fin, en 2015 Europa es meta de una, por los políticos imprevista, gigantesca ola de refugiados del Próximo Oriente, pero también de África. Llegan atravesando el Mediterráneo, primero hacia Italia y luego hacia Grecia. Muchos mueren, y siguen muriendo hoy día, en su desesperada fuga hacia Europa.

Sólo Alemania, confiando en la solidaridad europea, acepta en 2015 un millón de refugiados sirios, iraquíes, pakistaníes, eritreos, etcétera, y es criticada por varios países europeos, que mayormente se desentienden del gravísimo problema.

¿Puede esto poner en peligro la misma continuidad de la Unión Europea?

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