La Policía busca en Gijón a dos mujeres y un hombre, supuestamente procedentes del este de Europa, que se aprovechan de la buena fe de personas mayores a las que desvalijan en un portal o en plena calle tras pedirles limosna o ropa usada. A esa modalidad delictiva la llaman el "hurto amable" y la pusieron de moda en los últimos años, consiéntase la humorada, los agentes bancarios que colocaron preferentes a pensionistas y jubilados: firmaban, les daban un abrazo y les mangaban la cartera con los ahorros. Y si te he visto, no me acuerdo, abuelo. Que se sepa, ninguno de esos pájaros de cuenta vive con el aliento policial en el cogote, por mucho que algunos jueces hayan comenzado a considerar semejante práctica estafa de guante blanco. Vender renta variable como si fuera fija es el timo de la estampita de nuestro tiempo. Y si los pillan se hacen el tonto o el tontito.