La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Morán

El Cormorán

Javier Morán

Primavera soriana

Es triste, y hasta cruel, decirlo, pero la caída del ministro de Industria, José Manuel Soria, no puede menos que causar una gran satisfacción en Asturias, cuyas explotaciones carboníferas se han visto sometidas a innumerables perrerías del canario (también la industria que requiere gran consumo eléctrico). Esto no quiere decir que, caído el ministro, se nos vaya a aproximar una primavera soriana, ya que siempre puede ser ministrable alguien peor. No obstante, "pacta sunt servanda" y Madrid debe mucho dinero a Asturias según el Plan de la Minería. Dicho esto, hay que anotar que en el repertorio de satisfacciones por su partida se cuentan las del PP asturiano, que siempre consideraron a Soria un gran conocedor del turismo -¿acaso un canario puede carecer de algo de idea al respecto?-, pero un gran inepto en Industria y Energía. Además, estaba dotado de ese estilo insufrible-intratable-indolente y despectivo tan propio del Ejecutivo de Rajoy, en el que meten miedo Morenés, Margallo, Montoro e incluso Fernández, que debe de ser una buena persona estropeada a fuer de ser de derechas. Da lo mismo, Wert o Cañete tenían confianza en su propia simpatía, pero menos mal que se fueron. Y Ana Mato era una de esas chicas ideales del PP, y con gran capacidad de asombro y admiración cuando le metían algún vehículo de gran cilindrada en el garaje. Por cierto, Soria se va afirmando que lo hace por los errores cometidos en sus declaraciones de los últimos días, ya que no podía acordarse de cosas acaecidas hace muchos años. Venga, hombre.

Compartir el artículo

stats