La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jefe de proyectos científicos en la Universidad de Kiel (Alemania). Pescador y deportista

Política, pesca y kayaks

El absurdo de atribuir a una práctica un impacto desmedido

Me van a permitir los lectores que arranque hablando de política, pues en política empiezan y acaban todas las cosas, bien que nos pese al resto, al menos las que afectan a nuestros bolsillos y libertades. Si bien, la política actual gira alrededor de las influencias, el quitarse para ponerse, la acumulación de poder, y el ascenso personal, sin el ánimo a servir al ciudadano, cabría pensar que aún quedan políticos, gestores, y directores que puedan actuar en favor de la ciudadanía. La política actual funciona por captación de votos, los cuales otorgan poderes y fondos públicos, que luego se gestionan, o "mal-gestionan", más bien. El cambio de sentido de los votos, cambia los actores (y actrices), y pues cambian los fines, pero no los medios, aunque tampoco los justifica. Decían Cicerón y Seneca hace más de 2.000 años, que "todos los hombres (y mujeres) pueden errar, pero insistir en el error es solo propio de los necios", y que "la recompensa de una buena acción es el haberla hecho". Partiendo de estas reflexiones, sería muy sencillo tomar decisiones políticas en favor de la ciudadanía, para a través de ellas ganarse su complicidad y a la vez ganar más votos. Sin embargo, algunas decisiones rozan el esperpento, así como las argumentaciones que se dan para defenderlas. Y no me estoy refiriendo solo al tema del cual les hablo a continuación, me refiero a un todo de temas que nos afectan profundamente, y que rara vez nos paramos a pensar cómo hemos llegado a este punto y cómo lo hemos permitido.

Desde hace una semana, y a raíz de una decisión administrativo-jurídica, con tintes políticos, sin mucha base legal por muchos decretos de Fomento que se nombren, ya que aún no es ley ni está en el BOPA, nos encontramos los deportistas y pescadores deportivos asturianos con una confrontación hacia el uso del kayak en el mar para disfrutar y realizar la pesca. Podríamos debatir y entrar en un sano ambiente jurídico y de legislación de cómo interpretar la ley, cómo aplicarla y cómo modificarla, pero creo que eso es trabajo de terceros y no de los presentes, ni mucho menos de mi persona. Y créanme, este debate y polémica va más allá del kayak, de la pesca, y del medio marino; este debate va de la toma de decisiones que privan de libertades y disponibilidades a la ciudadanía, por la incapacidad profesional de personas en puestos de responsabilidad. ¿Quizás el puesto les queda grande? No lo sé, no soy inspector, lo que si sé y leo son sus razonamientos y explicaciones y perdónenme, pero parecen sacadas de hace 50 años. ¿Acaso se creen que los pescadores, deportistas, y aventureros no somos personas preparadas, con estudios, o que no sabemos cómo funciona el medio marino, la conservación y el medio ambiente? Perdónenme, pero a mucha gente en esta región y en este país se le llena la boca grande hablando de ecología, conservación y recursos, así como de medio ambiente, y lo máximo que han visto y estudiado es una foto en el salón del despacho.

Publica, con fecha miércoles 1 de marzo de 2017, una réplica el Director General de Pesca del Principado de Asturias, prácticamente mofándose de un lector que le pide que regule el kayak, como haciéndole creer, y por ende, haciéndonos creer, que somos unos ignorantes. Dice el señor director, que "como si la mitad de los asturianos tuviésemos un güelu esquimal y reivindicásemos la vuelta a nuestros orígenes", para a renglón seguido seguir burlándose del ciudadano, diciendo "en cuanto un esnob haga un viaje a Sri Lanka y pretenda pescar desde una percha y con un taparrabos a su vuelta Asturias". Pues mire usted, hasta aquí podíamos llegar. ¿Qué educación ha recibido usted para caer tan bajo? ¿Usted quién se cree para reírse así de un lector/ciudadano que expresa su opinión y le pide que regule algo perfectamente regulado en otras comunidades? Supongo que se está riendo de todos nosotros, para a continuación mencionar varios decretos y regulaciones, a tenor de su desconocimiento de cómo otras comunidades regulan la actividad. A saber, la Junta de Andalucía en febrero de 2015 emite un comunicado donde menciona lo siguiente: "La pesca en kayak se puede realizar hasta dos millas como máximo en la navegación solitaria, en régimen de navegación diurna", y añaden, "se han expedido licencias de clase 2 de pesca deportiva, desde artefactos flotantes de recreo tipo kayaks". Lo firma el señor Daniel Acosta Camacho, jefe de servicio. En otro comunicado, de junio de 2015, se clarifica lo siguiente: "Se considera que la pesca recreativa practicada bajo la modalidad de kayak no representa un impacto significativo sobre los recursos de interés pesquero y no existe ningún impedimento normativo para su práctica"; firma Margarita Pérez Martín, directora general de Pesca y Acuicultura. Creo, que el debate queda perfectamente zanjado y lo único que queda por clarificar es: ¿A los intereses de quién responde usted? O si usted simplemente da la negativa por respuesta por amor propio y no dar el brazo a torcer. Pues perdone que le insista, pero esto lo dice todo como político/gerente/director.

Ya entrados en materia, hablemos de medio marino, recursos y medio ambiente en el Principado de Asturias. Mencionan desde la Administración que autorizar la pesca con kayak añade más presión sobre el medio marino. Díganme, señores de la Administración, ¿exactamente sobre qué ecosistemas? ¿La pesca de la sardina? ¿O la de la merluza? No nos queda claro? ¿Por qué no hablamos de temas de conservación marina? ¿Por qué no hablamos de la contaminación de la industria directa al mar en toda Asturias por químicos y metales pesados? Ah no, que el mar Cantábrico es una lavadora que todo lo recicla. Ya claro, ustedes han realizado grandes descubrimientos y publicaciones sobre estos temas, y son oceanógrafos de profesión, tienen un rigor que asusta. ¿Por qué no legislamos así de efectivo como contra el kayak, contra la industria para garantizar un ecosistema marino más limpio? Y no hablo de prohibir, hablo de controlar, garantizar y ejecutar, nunca poniendo en tela de juicio los puestos de trabajo. ¿Por qué no hablamos del pescador profesional, que también tiene que comer sí, claro que sí, pero echa trasmallo de lado a lado de las rías, cabos, ensenadas y bajos cuando desovan las lubinas y los sargos? En enero un solo cerco mueve 3.000 kg de sargo entre Asturias y Galicia. No son muchos kilos no, pero hoy 3.000 kg y mañana 2.000 kg, y pasado 5.000 kg, hacen 10 toneladas de sargos, y año tras año se van esquilmando los ecosistemas. Y hace dos veranos 18.200 kg de lubina en la rula de Avilés, y otros tantos en el occidente, en época de desove. ¿Por qué no hablamos de vedas parciales en el mar en época de reproducción de especies clave? Que estamos esperando, ¿a llegar en el mar a la situación del salmón atlántico? Por cierto, no vamos a entrar a debatir sus políticas respecto a los ecosistemas fluviales, ríos salmoneros y demás, porque la situación se nos va de las manos. Empecemos por garantizar los recursos naturales en buen estado, y luego hablemos de pesca. ¿No estábamos hablando de ecología? Pues sí señor, esto son temas acuciantes. ¿Entramos más a fondo? Porque no hablamos de Áreas Marinas Protegidas (MPAs) en el Principado, como en muchos otros países para garantizar la protección y recuperación de los recursos naturales, pesqueros, y paisajísticos? No sabe, no contesta. O si sabe, no interesa.

Se nos llena la boca hablando de Asturias Paraíso Natural, como emblema, pero quién la ha visto y quién la ve. Por fortuna para la sociedad, y por desgracia para los que ahora estáis en puestos de responsabilidad, hay una generación joven, muy preparada, y con muchas ganas de hacer cosas, y hacerlas bien, que venimos pisando fuerte. No nos quedamos callados ante vuestras sinrazones y desgobiernos, no tenemos miedo, no tenemos nada que perder. Vosotros sí. Y no hay mejor juez que el tiempo, el cual pondrá a cada uno en su lugar, las ideas obsoletas al fondo del mar (nunca mejor dicho), y el bien hacer, al servicio de la ciudadanía. ¿O de qué estamos hablando?

Buenos días, y buena mar, que falta hace.

Compartir el artículo

stats