El Fondo Monetario Internacional (FMI), una de las tres patas de la Troika que ha asfixiado a Grecia hasta la extenuación por su impagable deuda, y cuyos tres últimos presidentes están imputados o condenados por corrupción -incluido el exministro Rodrigo Rato- también tiene corazón. Aunque sea con las clases trabajadoras y refugiados de una potencia como es Alemania. El informe del FMI sobre la economía germana es un reconocimiento a sus espectaculares cifras macroeconómicas -superávit en las cuentas públicas del 0,8%, reducción de la deuda al 68,3% y los excedentes en cuenta corriente más elevados del mundo- pero un verdadero toque de atención a su excesivo conservadurismo económico que provoca de manera directa la atonía en la economía de la UE.
El FMI propone a Merkel y sus ortodoxos ministros que aprovechen el superávit fiscal para reducir los índices de pobreza, integrar a los refugiados, bajar los impuestos a las rentas del trabajo y aplicar políticas en la educación infantil. Una revolución que en algunos países de la Eurozona como Polonia o Hungría podría ser tachada de filomarxista.
La entidad que preside la francesa Christine Lagarde recomienda que una "buena inversión de futuro para Alemania" sería la "ejecución de políticas encaminadas a ampliar la oferta de mano de obra mediante una mayor prestación de servicios de guardería y de extraescolares" y "proporcionar una formación profesional adecuada a los refugiados". Pese a que ha reducido los reconocimientos de asilo tras las nubes de neofascismo que han agitado Europa en los últimos comicios electorales en Francia y Holanda, Alemania ha acogido a más de un millón de refugiados sirios en los últimos años.
El FMI también propone que gracias a la buena situación de su mercado de trabajo la primera potencia de la UE se podría encaminar a combatir el riesgo de pobreza, que "no ha retrocedido". Propone a Merkel medidas encaminadas a incrementar la empleabilidad de las madres solteras y su conciliación familiar y a facilitar la integración de los asilados. También alerta de una posible burbuja en el precio de la vivienda y reclama la liberación de suelo público para VPO que mitigue la situación y ayude a los jóvenes y familias con pocos recursos a encontrar casa.
El FMI avisa del envejecimiento de la población alemana, que se debe compensar con inmigración, y celebra que el Ejecutivo haya reformado las pensiones incrementando la vida laboral para el "sostenimiento" de la Seguridad Social. Alerta de los peligros de un sistema financiero poco competitivo.
Sánchez, Iglesias y Rivera firmaban esto para España. Pero les falta el superávit.
