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Latidos de Valdediós

Energías

La fuerza del amor

De vez en cuando se acerca gente a Valdediós hablándonos de las "energías positivas" que desprende este lugar? y yo me sonrío intentando ser benévola y no llamarles ingenuos? Los lugares no desprenden energías de ningún tipo, somos las personas que estamos presentes en ellos las que los llenamos de bien, de bondad, de amor o? de mal y de odio. Los lugares no están vivos, sólo son el escenario de la vida de quienes estamos en ellos.

Cada ser humano que camina por este mundo es portador en su corazón de lo que decide llevar en sí mismo, y esas son las "energías" que desprende. Lo que uno lleva dentro es lo que va rezumando y con lo que va regando su camino por esta vida.

La energía más potente, fuerte y vivificante del mundo, la fuerza más indestructible, se llama amor. El amor es la fuerza más poderosa del universo, más poderosa que la energía atómica, y no es de origen nuclear, sino divino, porque es una participación de la bondad y la esencia de Dios, es la energía y la fuerza que viene de Dios, que es Amor en esencia, y es la única capaz de cambiar el corazón del hombre, que tiene capacidades infinitas. Cada corazón humano es más grande y más importante que todo el universo y sólo Dios puede cambiarlo con la fuerza de su amor.

La interioridad de cada hombre es sagrada, un santuario íntimo en el que actúa y opera esta fuerza infinitamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. De esa interioridad el amor brota y se difunde llenándolo todo de vida o -y esto es triste pero real- o de muerte si optamos por el desamor o el odio.

Sí: a nuestro paso por la vida podemos sembrar vida o muerte en función de que libremente elijamos amar u odiar. El amor es vida y el odio es muerte.

Conozco muchas personas que han escogido amar y van inundando de bondad, alegría, y amor (energía positiva que dirían algunos) su vida y la de los que les rodeamos. Gracias a Dios son muchas y son las que van dando un color y un aroma de felicidad al mundo. Pero también conozco a alguna -poquitas, gracias a Dios, pero más de una- que circulan por ahí llenas de resentimientos y de odio y esa es la "energía negativa" que derraman a su paso.

Lo del odio es un tema tremendo, aterrador: la persona que da entrada al odio en su corazón es un suicida, porque el odio verdadero -no hablo de simples antipatías o fobias- es siempre muerte. La persona que decide odiar está matándose a sí misma, porque quien en su corazón cultiva el odio está envenenándose y dando entrada a la propia muerte.

Quien decide odiar nunca va a poder aportar nada positivo a su alrededor y va inexorablemente caminando hacia el vacío, el sinsentido y la tristeza más honda. La persona que decide odiar a otra, se condena a sí misma a la infelicidad más absoluta, mientras que la persona hacia la que dirige su odio permanece tan tranquila, porque el odio del que es objeto no le afecta en el sentido de que va dirigido a ella, pero no penetra en ella, permanece fuera de ella. El odio -al contrario que el amor- afecta a la persona de la que nace, no hacia la que va dirigido. Y el amor -por el contrario- hace mayor bien a quien lo da que a quien lo recibe. La persona que odia se hace daño a sí misma, mientras que la que es odiada vive tan tranquila, sin que eso le llegue a afectar, porque el odio no está en ella, sino en el corazón de la persona que la está odiando. El que odia es la primera y más grave víctima del odio que cultiva en su corazón.

Lo que cada uno cultiva en su corazón afecta principalmente a quien lo cultiva; es cierto que se irradia, pero ante todo el primer receptor y "afectado" de lo que uno lleva en su corazón -amor u odio- es uno mismo. No olvidemos esto.

Estas son las energías que mueven el mundo: las únicas energías reales, y no son radiaciones que se desprenden de ningún sitio, sino puramente actitudes libres de los seres humanos. La fuerza de lo que cada uno decide cultivar en su corazón.

Un abrazo fuerte y hasta el próximo viernes.

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