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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El 155 contra el ocultismo

A quienes nos gusta indagar en el significado oculto de los números hemos de convenir en que el 155 es cifra prosaica, mínimamente mágica. De manera que el artículo constitucional que Rajoy tiene previsto aplicar para sofocar el fuego secesionista en Cataluña es numeral estricto y sin dobleces.

Convengamos en que el 155 no alberga pedigrí alguno: ni es número de Friedman, ni de Fibonacci, ni de Bell. Ni siquiera es número palindrómico ni pentagonal. Nada de nada, un cero a la izquierda en la interpretación numerológica. Y no podía ser de otra manera; habría de ser aséptico, funcionarial, categórico, alejado de cualquier amago de esoterismo, si hemos sabido que Puigdemont ("Picuelmonte", como gusta de nombrarle un ingenioso amigo asturiano) tiene una pitonisa en casa. Dicen que su esposa, Marcela Topor, rumana de nacimiento, predice el futuro; y que el día en que el actual presidente de Cataluña tomó posesión llevaba en el bolsillo de la chaqueta una réplica del gallo de Horezu, una negra y mítica cerámica de la región de Bucovina que augura buena suerte.

Cuenta Pío Moa que Companys obligó a su amante a jurarle fidelidad sobre el lecho de su predecesor, ceremonia bautizada por el todo Barcelona de la época como "la misa negra en la cama de Macià". También es suficientemente conocido que el Honorable Pujol era cliente asiduo de la bruja Adelina. De manera que a nadie extrañe el hábito nigromante de "Picuelmonte".

Los catalanes, que con los números hacen malabares, tenían que verse abocados a calmar su ánimo independentista mediante un artículo de la Constitución, el 155, sin hechizo, con antídoto al ocultismo.

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