Esta semana fallecía Stephen Hawking, el hombre que desde una silla de ruedas nos acercaba los entresijos del Universo. Entre su legado científico destaca una nueva visión de los agujeros negros. Un agujero negro ejerce una atracción gravitatoria tan fuerte que nada puede escapar, ni tan siquiera la luz; por eso lo vemos negro. Eso era lo que se pensaba. Pero Hawking sorprendió al mundo con sus teorías revolucionarias. En la década de los setenta predijo que de los agujeros negros -supuestamente pozos gravitacionales ineludibles- se escapaba la denominaba "radiación de Hawking". Ello implica que estos agujeros no son realmente tan "negros" como se pensaba. Predijo incluso que con el tiempo el agujero negro podría llegar a emitir tanta radiación que se "evaporaría".
