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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

Fernando, saca el Hierro

Decía Fernando Hierro antes del partido frente a Marruecos que no todos los jugadores necesitan la misma medicina. Vamos, que unos responden mejor al palo, y otros mejor a la zanahoria. En el caso de la portería de la Roja el tratamiento, después de tres sesiones, no funciona. Así que ha llegado la hora de la cirugía. Pero no es lo único enfermo en la selección española. Por eso ahora lo que toca es ver si el seleccionador se ve con fuerzas suficientes para ponerse en modo entrenador, meter cuchilla, y reconstruir el equipo de cara al cruce con Rusia.

De lo contrario, y aunque vendan que la anfitriona del Mundial es una madre, poco habrá que hacer. Pero hay muchas dudas sobre que el técnico tenga ganas de hacer una revolución. Quienes le conocen hablan de dos personalidades bien diferenciadas: la de Hierro como jugador, en la que hizo honor a su apellido, y la de Fernando como entrenador (aquí su única experiencia fue la del Oviedo).

En esta última se le achaca poca mano dura y ser poco amigo de hacer cambios para evitar malos rollos en el vestuario. Justo lo contrario de lo que ahora parece necesitar la Roja. Aunque viendo lo mal que se tomaron muchos jugadores de la selección las críticas contra el mal juego del equipo ante Marruecos, no parece que a Fernando le vaya a dar por ser Hierro. A su favor juega que tiene hasta el domingo para pensar lo que hacer para conseguir que la cosa no acabe antes de tiempo y con debate sobre si hay que dar por finiquitado el modelo.

Las apuestas están abiertas. ¿Se decidirá Hierro por cambiar a De Gea? ¿Meterá más músculo en el medio en detrimento del tiqui-taca? ¿Pondrá de inicio a Iago Aspas? ¿O, como ironizan desde el oviedismo más militante, se limitará a no tocar nada y seguir dando palmas desde la banda? El domingo se verá si Fernando saca el Hierro o todo sigue igual.

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