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Sol y sombra

Brindis al sol energético

Pedro Sánchez convierte el cambio climático en otra urgencia electoral

¿Es cortoplacista Pedro Sánchez? No, de ninguna manera, se trata de un tipo previsor que imagina un futuro imposible sin perder de vista la urgencia del presente. Por eso se ha apresurado a anunciar para 2040 la prohibición del coche que conocemos y convertirse así en el adelantado de la política del cambio climático en Europa. Lo que es incapaz de conseguir en el cumplimiento de la deuda que lastra al país, quiere lograrlo este Gobierno cacareando la defensa más vanguardista del medio ambiente. Naturalmente, es el penúltimo de sus reclamos electorales.

La descarbonización sigue pautas establecidas por la UE y la tendencia de reducir las emisiones contaminantes es imparable; Sánchez prefiere no obstante anticiparse equiparándose en movilidad eléctrica a Noruega que se ha marcado el objetivo de la "emisión cero" en 2050 pero lleva un lustro aplicando medidas eficaces y recursos para revertir la situación energética. La urgencia del Gobierno español consiste, en cambio, en una ley que prohibirá diez años antes los vehículos de combustión sin una alternativa viable que no sea la promoción de un coche eléctrico que por el momento es caro y no ofrece soluciones prácticas. Todo ello con las eléctricas alertando de la subida del recibo de la luz y mientras arrastramos el alto coste de la improvisación con las renovables.

Cumplir el objetivo de la "emisión cero" en medio de tal desbarajuste energético y sin haber destinado durante estos años los recursos que requeriría un cambio de estas características suena a quimera. Pero este tipo de anuncios toreros no se reducen a inocentes brindis al sol, llevan aparejadas tensiones en el empleo, la industria y en la vida de los ciudadanos, como ya sucedió con el diésel.

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