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Profesor de Marketing Turístico

Grado de Gastronomía, un tren con muchos vagones

Una apuesta imprescindible para la hostelería, el turismo y el sector agroalimentario

Asturias ha invertido muchos recursos, económicos y humanos, para configurarse como un destino turístico, creíble y competitivo. Han pasado más de 32 años desde que "El País" titulase "Taramundi: Campo y lujo" (11/06/1986). "Asturias Paraíso Natural" es una marca consolidada en el mercado turístico nacional y, poco a poco, en la complejidad del internacional. Se ha sabido combinar la sostenibilidad con el aprovechamiento turístico de sus recursos, se han puesto en valor muchos pueblos y casas rurales que aportan riqueza. Se ha sido pionero de la excelencia turística: "Casonas de Asturias" es un referente a nivel internacional -preguntemos en Latinoamérica-.

Una estrategia centrada en la calidad de nuestros recursos turísticos que dio lugar al primer club de calidad gastronómico de España, "Mesas de Asturias" (2002) y posteriormente al Primer Plan de Excelencia Gastronómica de España (2010). Porque pronto se entendió que la gastronomía era un atractivo turístico especial para Asturias.

Los empresarios de hostelería asturianos empujaron en la misma dirección. Fomento de la Cocina Asturiana ha hecho un enorme esfuerzo para conseguir las Estrellas Michelin. El Club de Guisanderas hizo lo propio por recuperar lo mejor de la cocina tradicional asturiana. Todos han realizado fuertes inversiones en modernizar sus restaurantes, en incorporar la Q de Calidad, en la formación de profesionales de sala y cocina.

Y ahora, a punto de dar un enorme impulso a uno de nuestros mayores recursos turísticos, aparecen unos iluminados que pretender cercenar un paso trascendental para la hostelería y el turismo, imprescindible para seguir en el tren de los mejores. El problema es que este tren tiene muchos vagones, y estaba arrastrando, para bien, mucha carga.

El primer y más directo perjudicado es el vagón de la hostelería. Más de 6.600 empresas y de 36.000 trabajadores, el que más crece (+6% interanual), ve como su modernización y la adaptación al nuevo consumidor se verá seriamente limitada por la carencia de todos los niveles formativos. Gestionar un negocio hostelero no es solo cocinar, es mucho más que eso: marketing, recursos humanos, costes y finanzas, legislación, etc. Imprescindible.

El segundo vagón es el turismo de Asturias, que se verá descabalgado de la dura lucha por el atractivo gastronómico, de forma directa ante nuestros vecinos e indirecta ante el turista. El sector de alojamientos, con más de 45.000 empleos y un 10,7% del PIB, sufrirá la pérdida de imagen de excelencia gastronómica de Asturias. La gastronomía se sitúa entre las principales razones para elegir Asturias, y es la única que crece (+14%).

Otro enorme vagón de peso será el sector agroalimentario asturiano, con crecimientos interanuales del 10% en facturación y de empleo en un 3%, otro 10% de nuestro PIB. Que tanto auge ha tenido con su fuerte apuesta por las IGP y DO, y que tiene su mercado inicial en el sector gastronómico, a la vez que un escaparate promocional de la producción de alimentos de Asturias de primer orden. ¿Para qué la Ternera Asturiana, los quesos, les fabes y embutidos? ¿Para qué la Marca de Calidad de Sidrerías de Asturias?

Y finalmente está el vagón de la propia Universidad de Oviedo. Envejecida, masificada, anquilosada en la formación generalista, infrafinanciada por una política populista que como el perro del hortelano ni come ni deja comer. Sometida y ridiculizada por poderes localistas y cainitas que la impiden avanzar hacia los nuevos retos de la sociedad, crecer con diferenciación y especialización. Véase el surrealista proceso del Grado de Deportes al que parece se unirá el caso que nos ocupa.

El turismo y la gastronomía también son formación universitaria e I+D+i. Que se lo pregunten a nuestros colegas del País Vasco o de las universidades americanas, chinas y australianas. La inclusión del Grado de Gastronomía supondrá una enorme oportunidad de aprovechar la investigación turística de la Universidad de Oviedo, la apertura de nuevas líneas de investigación y sinergias con las ciencias biológicas, químicas e ingenierías de tanto valor interno en la Universidad. Facilitará la integración universidad-empresas y la internacionalización de la Universidad de Oviedo. Eso también va en los rankings.

No podemos permitirnos perder este tren, no debemos repetir errores. La Universidad de Oviedo sabe incorporar los grados de centros privados en los principios de funcionamiento, calidad y control del sistema universitario español. El problema no es "lo privado", como tampoco lo son los centros sanitarios privados, o los colegios y academias, o las empresas de seguridad privada. La cuestión debe ser su interés e idoneidad, que es más que evidente. A partir de ahí, que la Administración ponga en marcha mecanismos de acceso en igualdad de méritos, facilidades económicas y becas a los estudiantes, y la exigencia de la excelencia universitaria, desde luego. Esto va de beneficios sí, pero para toda Asturias.

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