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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

Incendios invernales

La costumbre ancestral del Madrid de destrozar sus éxitos

El Real Madrid mantiene su costumbre ancestral de destrozar cualquier éxito -total o parcial, mayor o menor- que se le ponga por delante. En plena recuperación de imagen y resultados tras la crisis post CR7, y menos de 24 horas después de la buena imagen dejada por los blancos en el partido de Copa en el Camp Nou, el incendio en el vestuario blanco por el caso Isco ha empezado a alcanzar proporciones de catástrofe.

El malagueño confirmó ayer con unas líneas en sus redes sociales -es lo que le queda cuando ya no habla ni en el campo ni en las zonas mixtas- su pésima relación con Solari. Isco se siente maltratado por el técnico, con el que no es titular ni en los partidos de solteros contra casados. Así que el todavía jugador blanco ha tenido la infeliz idea de meterse a bombero pirómano en un mes clave para el futuro de su equipo y prender fuego al vestuario en pleno invierno.

Aunque puede que Isco haya medido mal su calentón. Y es que el modo "me enfado y no respiro" en el que centrocampista está inmerso desde hace varios meses le ha llevado a perder el favor de los capos del vestuario. Ya se vio no hace mucho cómo Sergio Ramos se colocaba de perfil cuando se la pusieron en bandeja para defender a su ¿compañero?. Y luego Marcelo -otro merengue en la picota por su pésimo estado de forma, aunque juega más que Isco- rompió la omertá del vestuario para descubrir que el colega había rechazado el brazalete de capitán en la derrota ante el CSKA en el Bernabéu. Sin olvidar que el chaval tampoco tiene muchos amigos en la caverna mediática merengue, a la que también atizó.

Con estos antecedentes, y salvo que las cosas cambien mucho, seguramente en las oficinas de ACS el tito Floren esté preparando el lazito y el papel de regalo en el que irá envuelto Isco. Es lo que tiene provocar incendios en pleno invierno sin traje ignífugo.

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