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Menuda papeleta

Luis Muñiz

Tezanos en campaña

Los recelos del director del CIS ante su propia encuesta

Primero la euforia y después el purgante. La encuesta del CIS hecha pública el martes y los recelos expresados ayer hacia el cumplimiento de sus vaticinios por José Félix Tezanos, su hacedor, parecen responder a un plan preconcebido, más que a un ejercicio de sinceridad del demiurgo demoscópico. Parecen responder, lo diré ya, al temor que justificadamente tiene Sánchez de que los electores se le queden en casa. Por el tradicional abstencionismo del votante de izquierdas, al que esta vez se suma la desmovilización que puede cundir entre sus filas gracias al panorama cuasi idílico que pinta el macrobarómetro, con opciones de gobernar (incluso) sin los independentistas. Y, oiga, no necesariamente con Ciudadanos, que, como se sabe, nunca incurrirá en tamaña indecencia.

Tezanos no cree que el PP se dé el batacazo que pronostica la encuesta que avala con su nombre, y sospecha que hay mucho votante de Vox oculto. Vamos, que teme "un vuelco" de la trifásica derecha, el miedo al cual es lo único que levantaría del sofá a los del "ya está ganado" el domingo 28. Un aviso en consonancia con el leit-motiv de campaña de Sánchez y la plana mayor del PSOE. (Lo que tampoco es de extrañar, puesto que Tezanos es miembro de la ejecutiva socialista.)

Al poner en duda sus propios augurios, el director del CIS concede que Casado lleva algo de razón en sus críticas a pronóstico tan desfavorable para los populares, alegando que el sondeo radiografía un estado de "incertidumbre" en el electorado que puede volverse del revés por mor del alto número de indecisos. Consigue, así, tres cosas: relativiza el peso de los sondeos (incluso de uno elaborado a partir de 16.000 entrevistas), lo que le permite mermar los denuestos a su labor; anima al abstencionista, simpatizante de izquierdas, a no quedarse en casa (el miedo que hiela a Sánchez), y se mantiene en la hipótesis de un triunfo del PSOE que ya nadie se atreve a poner en duda, pero que es preciso estimular para que la felicidad sea completa.

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