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Sol y sombra

La tendencia y la lógica

De la capacidad manifiesta para errar, las encuestas han pasado a ser un termómetro más fiable de las tendencias. Quizás porque la forma de reafirmarse en ellas resulta más decidida por parte de los votantes. Quién sabe. En dos elecciones tan seguidas no puede obviar el denominado efecto arrastre. Tras la victoria del PSOE y la caída del PP en las legislativas, el estudio electoral de DYM para LA NUEVA ESPAÑA predice otro éxito socialista que, unido a un supuesto fracaso popular, allanaría el camino para un nuevo gobierno de izquierdas.

Lo indicadores, todos, advierten que Asturias es víctima de la dejadez de sus gobernantes. Los que han llevado las riendas del Principado estos últimos años son del mismo signo político de los favoritos en el sondeo, incluso los de ahora parecen a priori menos capacitados que los anteriores. Sin embargo son, según los encuestados, los que van a ganar de manera holgada.

No hay lógica ni ciencia capaz de explicar las pasiones que concurren en el voto. Si la izquierda no ha aportado soluciones para Asturias y, pese a ello, sigue siendo la favorita de los asturianos, es porque el centroderecha produce mayor rechazo. Quiere esto decir que la izquierda tendrá que hacerlo todavía peor para que sus adversarios, más divididos que nunca, tengan algún día alguna posibilidad de cambiar la tendencia. Asturias es monolítica.

Las tendencias en el sufragio no siempre tienen que ver con la buena o la mala gestión. Están equivocados quienes piensan que los ciudadanos votan para hacerse un favor a sí mismos. Antes lo hacen para negárselo a los demás.

El voto es muchas veces un imprevisible estado de ánimo. Se pensaba que los electores de derechas iban a ser más que nunca. Y ya ven. La izquierda en España -Asturias suele ser una salvedad- gana cuando cunde el temor a una gran movilización de su contrincante, entonces surgen los votantes hasta de debajo de las piedras. Eso parece suceder.

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