Como la solución a todos los males del pijama rojiblanco sea aplicar al convaleciente dosis permanentes de "aspirinas Carmona", ya pueden habilitar un despacho de dirección en Cabueñes con camas supletorias para ingresar de urgencia al trío Torrecilla-Martínez-Fernández, que sufre desde hace días espasmos y ataques de gota malaya.
A Djukic, el doctor House de Salamanca le ha traído para sacar al equipo de la unidad de cuidados intensivos, no para que se pase el resto de la temporada discurriendo si es lupus o síndrome de Gilles de la Tourette. A la plantilla, que anda como un flan, con más nervios que Pablo Motos entrevistando a Abascal, más que un cirujano o un internista le hace falta una consulta en diván.
No es buena noticia que la afición empiece a dar la espalda en número al equipo, semana tras semana de esputos y taquicardias. Si se mantiene la pérdida de espectadores, el efecto contagio puede dejar la grada con más calvas que un trasplante capilar en Turquía.