Andan los de Vox disparando a todo lo que se mueve. No importa si sus propuestas son anticonstitucionales, respetan los derechos humanos, tergiversan la realidad o son difamatorias, ellos las sueltan y si cuela, cuela. Desgraciadamente, cuelan en muchas mentes que son incapaces de razonar y que lo único que buscan es munición para defender sus ideas.
Se supone que si uno tiene argumentos para defender sus ideas, no acude a falsedades. Si para defender el pin parental han tenido que recurrir a publicar multitud de vídeos que nada tienen que ver con lo que dicen o sacar de contexto noticias que ni siquiera son de nuestro país y no han sido capaces de decir o publicar una sola verdad, es evidente que es porque no tienen argumentos.
Que la diversidad sexual existe es claro y meridiano. Que la diversidad sexual no es ninguna enfermedad ni mucho menos un vicio también. Explicar esto a los niños no es adoctrinar, es exponer una realidad con la que se van a encontrar, lo quiera Vox o no, para que cuando se la encuentren la asuman como lo que es, normal, para que la asuman como normal quienes no son heterosexuales y quienes lo son, para que entiendan que esos compañeros "raritos" no lo son, que no hay que apartarlos ni tratarlos como una excepción, ni curarlos ni marginarlos. Explicar esta diversidad no va a convertir a nadie en homosexual ni va a incrementar las filas del colectivo LGTBI. Adoctrinar es justo lo contrario, explicar que solo una opción es normal y todas las demás son anormales, que es lo que pretende Vox.
Y es en la raíz donde hay que explicar esto, y esto es lo que se explica en los colegios, que todos somos iguales, que nuestra condición sexual no nos convierte en diferentes, como no lo hace el color de nuestra piel ni la religión que tenemos o no tenemos, ni por supuesto las ideas políticas que son respetuosas con el de enfrente. Pero esto, a los de Vox les importa un comino, lo único que les interesa es pescar en el río revuelto en que han convertido nuestra situación los políticos de turno. Importa hacer ruido, revolver el fango.
Tampoco les importa a sus socios en los distintos gobiernos que han ido formando con el apoyo de la formación ultraderechista. Algunos, quizás por vergüenza, dicen con la boca pequeña que no están de acuerdo, que tampoco es para tanto, pero ninguno se atreve a romper con ellos, están en juego sus prebendas y éstas, están por encima de todo lo demás.
Explicar estas cosas solo puede traer consecuencias positivas, la más importante, que a las próximas generaciones ya no sea necesario explicárselo porque lo traerán de serie.
Y no, los hijos no son propiedad de los padres, son seres libres que por su edad están bajo su tutela y si esa tutela no se ejerce respetando las leyes, es el estado quien tiene que encargarse de hacerlo.
