Te despiertas y ves un mosquito en tu pierna. No se lo permitas, intenta matarlo de un manotazo. Quizá falles en el intento, pero hay muchas probabilidades de que ese mosquito jamás vuelva a molestarte. Ese mosquito que estuvo cerca de la muerte asociará esa experiencia negativa a tu olor corporal y te evitará. Nuevos experimentos científicos así lo corroboran.
Los mosquitos se sienten atraídos por ciertos olores, incluidos los emitidos por los humanos. Pero todo cambia en el momento que asocien ese olor a un peligro potencial. "Son básicamente mosquitos de Pávlov", afirma el científico Jeff Riffell, que participó en la investigación, refiriéndose al famoso experimento que asociaba la reacción de los perros ante un estímulo repetitivo.